Julia Varushyla e Ivan Shoshyn son de Bielorrusia y están en Jesús María desde que comenzó a regir el aislamiento social preventivo y obligatorio. Antes de eso, venían de una recorrida de un año y medio por Sudamérica hasta que les tocó la cuarentena.
En línea recta, Gómel (Hómiel o Hómyel) está a 13 mil kilómetros de Jesús María. Es la segunda ciudad más importante de Bielorrusia y tiene alrededor de 800 mil habitantes.
Julia está convencida de que quiere ejercer la medicina; Iván, no tanto. Es que desde 2018 vienen embarcados en el viaje de sus sueños: conocer Sudamérica.
Julia es más introvertida y tímida, hasta que entra en confianza y se anima a expresar sus opiniones e ideas. En un momento, dice que las películas ayudaron a crear una imagen de su país y de la vecina Rusia como lugares fríos y oscuros, pero que eso no es verdad y cuenta que en el verano hace mucho calor y que es posible comer frutillas o sandía.

La declaración de la cuarentena los agarró en la ciudad de Córdoba a la que habían arribado hacía muy poco, pero de la que quisieron salir rápidamente. En la ruta, el médico pediatra Diego Almada les dio un aventón hasta Jesús María donde quedaron varados desde el 20 de marzo.

En el primer diálogo con Primer Día quedó claro que nuestras culturas son extremadamente diferentes, pero también que hay gente hospitalaria y solidaria en cualquier parte del mundo.
Están muy agradecidos por lo que la gente de nuestra zona hizo por ellos.

Julia asegura que la tecnología fue clave para que no se sientan tan solos: “Hablamos con la familia y los amigos todos los días y es muy cómodo para nosotros. Allá, les ayudó a entender que en Jesús María estamos más tranquilos que en la ciudad de Córdoba o en Buenos Aires. Estamos felices de estar acá”.
Mientras esperan un posible vuelo de repatriación, la pareja probó el fernet, el asado, y la música del Chaqueño Palavecino, además de acumular muchos y nuevos amigos.
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