“No hay Amor más sincero, que el Amor a la Comida” Bernard Shaw.
Bueno. No podría asegurar que la expresión de Shaw sea tan así de categórica. Si bien muchos suelen expresar que a los hombres se los conquista por el estómago. El patriarcado se cuela por donde menos se lo espera.
Pero hay algo que es curioso, hasta que llegaron los varones a la cocina ésta era reserva exclusiva de la mujeres, (recuerdo la frase de John Lennon “la mujer es lo oscuro del mundo”) y resulta que ahora hay infinidades de programas sobre cocina de varones cocinando. La tarea de cocina parece se revalorizó con la llegada del varón. Antes, parece que la mujer no existía en la cocina, ¿o me equivoco?. Otra característica de lo patriarca.
Salí de mi hogar a los 12 años, cambiando de ciudad. A partir de ese momento, viví siempre de regreso para irme. Por supuesto, aprendí a hacer tareas “supuestamente” femeninas.
Limpieza, lavado de ropa y cocina fueron tareas que pasaron a ser naturales, junto a mis estudios.
Con los años, fui comprendiendo que esas tareas pueden llegar a ser tan importantes para usar los espacios hogareños cuando se comparte. Te hacen tomar distancia y objetivar los espacios en el hogar y la relación es otra contigo y con la persona que convives.

Las comidas hechas por mí eran Express. Y más acostumbrado, era comer en restaurantes durante muchísimos años. Con decir que, cuando me hice más hogareño, (solo o acompañado) me llamaba la atención que al queso se lo transformara de rallar en la mesa.
Y ahora recuerdo lo que la escritora Sor Juana Inés de la Cruz escribió: “hombres necios que acusáis a la mujer sin razón sin ver que sois la ocasión de lo mismo que culpáis”. Expresión de cuando la enviaron a la cocina, por ser mujer pensante y de ideas libertarias: “Cocinando también se descubren los secretos de la naturaleza”.
No hay comidas más o menos eróticas, como se publicita. Sólo hay comidas realizadas con deseo de cocinar, paciencia, armonía y mucha calidez interior que se vuelca en el accionar.

Y antes de despedirme les cuento que haré hoy. Muy sencillo: Una pizza casera (harina integral) al estilo inicial de como se la conoció: Salsa de tomate solamente, orégano, que-so Sardo (pero rallado), aceitunas y anchoas, rúcula sola o en ensalada para acompañar.
Y…(en duda), un gin con tónica y rodaja de limón o un tinto malbec… Luego lo decido.
Para postre, dulce casero de manzana sólo, con canela.
Salud y bienestar para todos, todas y todes.
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