El primer hijo de Florencia (28) y Sebastián (36) los colmó de felicidad desde el mismo momento en que pegó el alarido inaugural, tras un parto por cesárea que tuvo lugar el viernes 10 de abril.
Y desde entonces, todo es asombro, descubrimiento, disfrute. Pero faltaríamos a la verdad sino dijésemos que también hubo sinsabores, y que en esta historia no todas fueron flores porque al pequeñín le tocó nacer en plena pandemia, un claro condicionante para la familia que no ve las horas de poder comerse a besos y de malcriar a ese bebé teniéndolo a “upa”.
Primer Día tuvo el privilegio de tener a Bruno cerca, cumpliendo con todos los protocolos de distanciamiento, con la utilización de un tapabocas, y de higiene previa al encuentro.
Ese día, solamente pudieron estar en la clínica Florencia y Sebastián. El internado estaba vacío y solamente había personal de guardia, enfermeros y algunos médicos.
“Nunca pensé en mi vida tener un hijo en plena pandemia. Fue hermoso el momento, pero en la semana me entero que había habido una doctora que tenía coronavirus. La clínica se portó muy bien con nosotros, tomaron todos los recaudos habidos y por haber, a mi hijo lo trasladaron en incubadora. Uno tuvo miedo como madre y como primeriza”, arranca contando Florencia.

Y difícil también para las abuelas. La mamá de Flor fue la única que pudo ver al pequeño en directo porque debió asistir a su hija con las curaciones de la poscesárea. Pero solamente verlo. La otra abuela y la tía por parte del papá todavía no tuvieron esa suerte.
La proximidad durante este aislamiento se pudo quebrar parcialmente a través de las nuevas tecnologías que, con videollamadas y envío de fotos o filmaciones, permiten algo que se le parece bastante a estar juntos.
En el momento de la entrevista, Bruno lloriquea. La duda es si necesita el mágico factor AG o si tiene hambre. A poco de prenderlo al pecho, la mamá dice tranquila ‘parece que era hambre nomás’.
¿Como se imaginan el momento del rencuentro con el entorno de amistades y familia? Dice Florencia: “Creo que nos vamos a comer un asado, que va a ser muy lindo para recibir esos abrazos que no me pudieron dar y que tanto necesito. Ojalá que sea pronto”.
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