Cada abril, organizaciones sociales de Latinoamérica ponen en marcha acciones para evidenciar que el acoso callejero es una de las violencias más naturalizadas y vigentes de todos los tiempos. ¿Qué esconde de fondo el mal llamado “piropo callejero”?
Desde edades muy tempranas y a lo largo de toda la vida, las mujeres somos destinatarias de un sin fin de comentarios y acciones indeseables en el espacio público. Saludos inapropiados, gestos y miradas obscenas, bocinazos y hasta persecución nos acompañan desde que vamos a la primaria hasta que somos grandes. Esto se llama acoso callejero y es un tipo de violencia de género.

Estudios evidencian que mujeres y varones inspeccionan de distinta forma su circulación; a las primeras nos acompaña una sensación de miedo e inseguridad que se profundiza cuando es de noche, no hay iluminación, estamos en zona desconocida o, simplemente, caminamos solas.
Desigualdad vigente
La violencia es el ejercicio intencional de poder sobre otra persona. Algunas se ven porque dejan marcas, como la física o el femicidio; otras no se ven, pero también dejan marcas profundas: en el recuerdo, en el autoestima, en la seguridad personal. En esta última se enmarca el acoso callejero.
Las consecuencias son muchas: gastamos más dinero en transporte, cruzamos la vereda y alteramos recorridos para evitar cruzarnos con quienes son un peligro para nosotras, sentimos riesgo corporal y mucha impotencia. ¿Te parece justo?
No es piropo
El piropo es un halago que se da en una relación bidireccional entre personas que se conocen (o tienen la intención) y nos hace sentir bien. El acoso, en cambio, se da de manera unidireccional por parte de un sujeto desconocido que le dice algo a quien no lo pidió. Uno halaga, el otro degrada. ¿Cuál es cuál? Es hora de que señores y jóvenes en grupo se ubiquen y dejen de decirle cosas a las chicas en la calle.Recomendaciones

Si sos varón y andas diciéndole cosas a las chicas en la calle, deja de hacerlo a menos que esa persona te haga saber que es de su agrado. Si ves que tus amigos o familiares lo hacen, ubicalos. Si ves algo en la calle, interrumpí a favor de la acosada. Si sos quien recibe el acoso callejero, sabé que no tenes la culpa de nada, que no importa cómo te vistas o veas, los acosadores acosan igual.
¿Faltará mucho para que podamos caminar tranquilas?
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