Directora con sala a cargo en el Jardín de Infantes Leopoldo Reyna de Sinsacate, Yanet Arrla (53) nació en Cañada de Luque. Casada hace 31 años con Pablo Ledesma, es mamá de Juan José y Nicolás… y una enamorada de la vida, del sol y de su trabajo.

Se recibió en 1986 (en Villa María; aquí aún no había profesorado) y planeó quedarse una semana con sus amigas. “Pero a los 2 días me llama mamá y me dice: Mañana entrás a trabajar. A Tere Bié se le va una maestra y te quiere ya. Así que empecé a trabajar, y desde hace 32 años tomé 2 licencias: cuando nacieron mis hijos”, apunta, y agrega que ante una operación pidió operarse en vacaciones de invierno: “No quería dejar a los chicos con suplente”. Tres años en la Estrada, luego titular en la Belgrano (Colonia Caroya), después la Ortiz de Ocampo, y finalmente entró a Gendarmería Nacional.
Otro mundo

Y allá te ibas con tu 600…
“Nooo –ríe- eso fue después… Primero iba con un 1500 con la puerta atada con una soga. Me llevaba Pablo. Después vino el 600”.
En 2004 el Jardín de Sinsacate tenía muchas necesidades. Un día, tomando sol –“Las mejores ideas me surgen tomando sol”, aclara Yanet- escuchó una publicidad rodante anunciando a Los Tekis para los carnavales de Colonia Caroya. Se preguntó: “¿Y si los traigo para el Jardín? Hablé con mi hermano -vive en Jujuy- y le pedí el teléfono de uno de Los Tekis. Llamé y dije que era maestra jardinera. No entendía nada, pero me citó en la Colonia. Quisiera hacer un espectáculo para recaudar dinero, le dije. Pero, ¿podés pagarlo? , me preguntó… No, le dije. Me sugirió hacer una peña: ellos se quedaban con el valor de las entradas y el Jardín con la ganancia de playa, comida, bebida…”
¿Y cómo garantizaste que iba a ir gente?
“Por siete años puse como garantía el Ford K de Pablo. En la primera peña ganaron el doble que en la Doma. Salieron fascinados. Al principio nadie creía que iban a venir. Sonaba raro…Creo que me ayudó no tener idea de nada. Hubo algo de inconsciencia”.
Vuelta de tuerca

Te jubilás en tres años… ¿cómo te cae?
“Hay que dar paso a otra generación. Supongo que me va a costar, pero estoy mirando hacia otro proyecto de vida. Además, yo quería dejar un jardín con todo y lo logré: de ser yo sola, hoy somos 6 docentes, y de tener 54 niños, tenemos 110”, destaca, mencionando la suerte de haber contado con tanta colaboración de parte de los padres y Municipalidad.
¿Qué es ser maestra para vos?
“Antes estaba pendiente de la currícula. Hoy me dedico mucho a valores: el abrazo, la sonrisa, por favor, gracias, mirarnos cuando nos hablamos… Es increíble como los niños lo trasladan a sus hogares. Eso es lo importante para mí. Lo que yo me río con los chicos es increíble. Entro a la escuela y me meto en otro mundo. Sos referente de 20 personitas. Hay que tener cuidado con el poder que da el guardapolvo: con los niños hay que ponerse a su altura y mirarlos a los ojos. Por eso digo que jamás hubiera elegido otra cosa. Esto es lo mío”.
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