Se trata de una política pública que en el mediano plazo ofrecerá múltiples beneficios para la provincia desde lo ambiental, el cuidado de los recursos naturales, lo paisajístico y lo turístico; pero además incluye una mirada productiva con acciones destinadas a promover actividades foresto industriales.
“Sabemos que es una ley que requerirá múltiples esfuerzos, pero tiene un enorme futuro. Fue fruto del consenso de personas e instituciones comprometidas en trabajar para alcanzar un desarrollo cada vez más sostenible de todo el sector agropecuario, que buscan un cambio de paradigma del modelo productivo”, dijo el ministro de la cartera agropecuaria, Sergio Busso.
Primer paso, primer plazo
Si la unidad productiva cumple con la proporción exigida (la propia plataforma digital le indicará ese dato), el propietario dará por concluido su compromiso con la ley. En caso de no alcanzar el porcentaje mínimo, a partir de 2019 también deberá presentar un plan forestal.
El índice requerido de forestación para cada unidad se tomará a partir de múltiples criterios, en una banda del 2 al 5 por ciento, y según los siguientes ítems: capacidad del uso del suelo; erosión eólica e hídrica; precipitaciones medias de la zona; y pendientes del terreno.
Al quinto año, se exigirá que el plan presentado se encuentre con un cumplimiento del 50 por ciento. También se dispondrá de un listado de especies invasoras para evitar que sean utilizadas por los productores.
Cómo se llegó a la ley
Las excepciones son de dos tipos: temporales para los predios que se encuentren alcanzados por la emergencia y/o desastre agropecuario; y permanente para campos con salinas y que se encuentren por encima de los 1.600 metros sobre el nivel del mar.
Las sanciones previstas en la ley determinan que el monto de la multa puede alcanzar hasta el 100 por ciento del impuesto inmobiliario rural del predio representado. La autoridad de control y fiscalización es el Ministerio de Agricultura y Ganadería.
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