Por: Marianela Tabbia (De nuestra redacción)
César Stagnaro y su familia llevan adelante un proyecto al que bautizaron con el nombre de un ave autóctona para exponer el concepto de producción nacional. Rescatar una palabra en español en contra de las modas que imponen al inglés como idioma universal. Sintetizar en un producto local la calidad y el desafío constante.

“Tuvimos errores, trabajábamos en la mesa chiquita de nuestra casa. Nos pidieron un trabajo que supuestamente era sencillo, tuvimos tres o cuatro días de terror. No sabíamos qué hacer, dijimos ‘por qué nos metimos en esto’. No sabíamos nada de costura ni telas. Lo terminamos al encargo y seguimos. Este mes sacamos cerca de cuatro mil remeras”, recordó risueño, César.
En la actualidad, Jacana ofrece productos diversos tales como calzas, buzos, camperas, musculosas, pantalones y remeras personalizadas. El taller que funciona en el garaje de su casa queda chico ante la creciente demanda. El boca a boca les permitió ir sumando cada vez más adeptos entre quienes practican deportes.
Metas alcanzadas

Entre algunos de los clientes actuales, se encuentran la Federación Cordobesa de Atletismo, la Confederación Argentina de Atletismo y grandes eventos como lo fue la Maratón de Río Cuarto, una de las más importantes de la provincia.
Ambos están a cargo de todo el proceso que implica la confección de una prenda, desde el diseño hasta el planchado final. El único paso que se terceriza es la costura que se divide en talleres industriales de distintos puntos de Córdoba. La calidad es uno de sus pilares fundamentales.
Aseguran que están pendientes de cada materia prima novedosa que sale al mercado para sumarla a su stock y se autodefinen como “inquietos” a la hora de crecer. Un dato a destacar es que emplean la misma tela que se utilizó en la confección de la remera oficial de la selección nacional de fútbol el año pasado.
Unidos por el deporte

La experiencia de Stagnaro como corredor le permitió nutrirse de las experiencias previas para volcarlas en los bocetos. “Todas las remeras y molderías nuevas siempre las pruebo yo primero, una vez que me resultan cómodas recién ahí las empezamos a comercializar”, aseguró. Uno de los objetivos a corto plazo de la empresa es el lanzamiento de una línea minorista propia.
“Ponemos mucho esfuerzo imaginate que hacemos todo en el quincho de nuestra casa. Somos dos con algunas manos que nos ayudan, pero es todo un desafío, económico ya que el dinero sale de un solo bolsillo y de tiempos porque con pocas cosas sacamos muchas indumentarias. Tratamos de buscar el equilibrio entre la vida familiar y el trabajo que al tenerlo en casa, es más difícil. Estamos muy contentos, orgullosos y concentrados en el proyecto”, concluyó Guadalupe.
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