Durante mucho tiempo, la distribución de roles se solapaba en las diferencias físicas entre géneros. Había cosas que sólo los “varones” parecían habilitados para hacer.
“Las mujeres no nacemos con instinto de amas de casa. Nos entrenan desde chiquitas para eso. En los sindicatos pasa lo mismo: no nacemos para ocupar sólo las secretarías de Género o de Acción Social. Es el lugar que siempre nos asignaron”, dice Tali Goldman en el libro La marea sindical. Mujeres y gremios en la nueva era feminista.
Allí, cuenta historias de líderes que alzaron la voz, se hicieron delegadas, consiguieron logros para trabajadores y trabajadoras y se enfrentaron a los conductores varones. Esas historias de lucha se vienen replicando en otros espacios y ya casi no queda un refugio donde se pueda decir ‘éste es un trabajo solamente para hombres’.
Los puertos, los establecimientos mineros o petrolíferos y algún que otro “trabajo” podrían configurar la excepción, pero sólo en lo que respecta al uso de la fuerza bruta.
Va desapareciendo aquella zona de confort que existió históricamente y en donde las razones de género eran suficientes para excluir, sobre todo a las mujeres.
Y en ese contexto, ya sin zona de confort, es habitual encontrar “descolocados” a cientos de hombres a los que se les disiparon los argumentos para adueñarse de espacios, cargos, roles, y funciones.
Ya no hay cosas que “solamente” pueden hacer las “nenas” (las únicas excepciones serían gestar un bebé y amamantar) y va resultando difícil sostener sin argumentos una discusión sobre superioridad de género.
Desde luego que, en esta nueva era, la igualdad de género no es sólo proclama ni mucho menos un planteo que esgrimen un grupito de feministas. Hoy, es verdadera discusión sobre la necesidad de acabar con la violencia machista que considera a la mujer un objeto de su propiedad, sobre la huella profunda que el patriarcado dejó en la vida de una comunidad, y sobre la finalización de estereotipos que no hacen más que perpetuar las desigualdades.
Primer Día
desigualdad de genero
editorial
estereotipo
semanario primer dia
Destrozando los estereotipos

Claudio Minoldo
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario