Estamos en los últimos tramos de un año bastante complicado. A los problemas o complicaciones habituales, en este 2018 se sumaron cambios profundos en materia económica y política que en muchos casos tuvieron –y tienen- repercusiones desfavorables a nivel personal.
Obviamente todo esto incrementa el estrés, y a veces –si es que se tiene la suerte de poder pensar en tomarse un receso- pareciera que las vacaciones tan soñadas están a años luz de distancia. ¿Fin de año? ¡Cuánto falta todavía! ¿Cómo hacer para llegar a alzar nuestras copas por un año mejor… sin antes morir en el intento? La Lic. y Prof. Jimena Guma, Esp. en Psicología Clínica (M.P. 7791), nos aporta algunas sugerencias para lograrlo:
- Es cierto. Ya pasaron 9 meses, en los que se fueron acumulando cansancio y estrés. Llegar a esta altura del año implica transitar un último tramo de presiones donde debemos esforzarnos aún más para obtener buenos resultados.
¿En qué áreas?
_ Prácticamente en todas. A nivel escolar, ya sea con nuestros estudios o los de nuestros hijos; a nivel laboral –o sea, cumplir con los objetivos propuestos a principio de año-; y a nivel personal porque quizá deseemos cumplir con anhelos y propósitos que nos propusimos. A esto, seguramente, se le sumarán más cosas de acuerdo a los objetivos que cada uno se haya planteado a principio de año.
Suena a mucho…
- Sí, y por eso antes que nada, debemos tranquilizarnos y tomarnos momentos de descanso y relajación cada día. Es muy importante que aprendamos a agasajarnos con algo que nos guste y nos brinde placer…
Es que a veces da la sensación de que con tanto estrés, uno no encuentra nada que lo motive para parar un poco…

¿Sería algo así como cultivar un sano ocio?
- Claro, porque se trata principalmente de no trabajar; de no dedicar ese tiempo a las obligaciones, ni tampoco a ponernos al día con las tareas de la casa. Es un momento sólo para nosotros y nuestro placer.
Pero cuando uno está muy estresado, justamente tiene dificultades para parar, porque inevitablemente piensa en todo lo que le falta hacer…

¿Ese es el secreto?
- El secreto está en disfrutar cada momento haciendo lo que debemos hacer: si estamos trabajando disfrutemos del trabajo, y si estamos descansando, disfrutemos del descanso.
¿Y si aún así no podemos lograrlo?
- Quizá sea el momento entonces de empezar una terapia, viéndolo como un espacio personal y privado para descargar tensiones y emociones. La terapia también sirve para hacer un balance y organizar los objetivos propuestos, para poder cumplirlos sin generarnos demasiado estrés o presiones que terminen enfermándonos físicamente. También evita caer en estados emocionales negativos, como depresiones y angustias, que en definitiva pueden llevarnos al auto-boicot y hacer que los objetivos estén cada vez más lejos de cumplirse.
Establecer prioridades…

A veces estamos tan sumergidos en el estrés que pareciera que las cosas se enredaran más y más…
- Por eso no hay que forzarse a seguir cuando uno está desbordado. Hay que parar, porque cuando estamos mal todo nos sale mal; no podemos terminar lo que empezamos (si es que logramos empezar algo) ni mucho menos disfrutarlo. El bienestar emocional y físico es prioritario y fundamental para que las cosas salgan bien. Después seguirá la atención de los asuntos personales, laborales y familiares, de acuerdo a su necesidad y urgencia.
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