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Conociendo la megafauna cordobesa en la Posta de Sinsacate

Alumnos de la Escuela Pringles disfrutaron de una charla sobre los grandes animales que vivieron en la zona.

Por: Marianela Tabbia (De nuestra redacción)

La galería del antiguo edificio recibió a estudiantes de cuarto, quinto y sexto grado de la escuela Coronel Pascual Pringles, quienes se dispusieron a aprender sobre los familiares directos de los dinosaurios que pisaron la tierra hace millones de años. La famosa película animada La Era del Hielo fue el disparador de la charla en la que los chicos relataban a viva voz las aventuras de estos tres peliculares amigos prehistóricos. 
El encargado de dictar la charla fue Adán Tauber paleontólogo, docente y vicedirector del Museo Provincial de Ciencias Naturales, Dr. Arturo Illia. Aunque lejos estuvo de ser una disertación estructurada ya que los alumnos cobraron protagonismo con sus preguntas y acotaciones.
Esta actividad estuvo enmarcada en uno de los numerosos vínculos que tiene el área educativa del Museo Jesuítico de quien depende además la Posta de Sinsacate. Mediante reuniones e intercambios, la comisión del museo colabora y abre las puertas a diversas propuestas de instituciones provinciales que bregan por la conservación y el conocimiento. En este caso se unió con el Museo de Ciencias Naturales para acercar la paleontología a los más chicos. 
Por otra parte, están los destinatarios de estos convenios: las escuelas. En la búsqueda de fortalecer la agenda de las instalaciones en Sinsacate es que se ha elegido como sede de charlas y encuentros. 

Parientes lejanos

“Siempre están los dinosaurios presentes en las mentes de los niños, ahora también es importante que conozcamos nuestra historia por lo menos aquí a nivel regional o provincial. Hay muy buenos hallazgos. Córdoba es el lugar donde se hizo el primer descubrimiento de un fósil, estoy hablando de la época de la llegada de Jerónimo Luis de Cabrera, fines del siglo XVI. Tenemos una larga trayectoria en paleontología”, inició el relato Tauber. 
Según el especialista, la presencia humana recién aparece en la provincia hace unos 10.500 años por lo que la megafauna tuvo dominio absoluto por milenios. “Son animales terrestres, mamíferos de gran porte que superaban la tonelada. Aquí en esta región había entre 15 y 19 especies. Algunos de ellos como por ejemplo el mayor de todos, Megaterio, un perezoso terrestre pesaba siendo adulto entre cuatro y nueve toneladas, es decir el tamaño de un elefante”, aseguró.
Mastodontes (similares a mamuts o elefantes), Gliptodontes (acorazados, ancestros de los armadillos o quirquinchos) y Toxodontes (parecidos a los rinocerontes actuales) fueron habitantes de estas zonas. En Ascochinga, hace varios años, se descubrió un cráneo perteneciente a la familia de los Toxodontes. Además, se han encontrado a las veras de los ríos registros no sólo de animales sino también de plantas, nidos de insectos o polen. 
Tauber eligió cuestionar un mito muy común y lo hizo con un particular ejemplo: “Los grandes dinosaurios se extinguieron hace 66 millones de años, es decir lo que se va a analizar es muy posterior, estamos hablando de 126 a 8500 mil años ante del presente. Hay que aclarar que los dinosaurios carnívoros no se extinguieron sino que evolucionaron, se modificaron y se transformaron en las aves. Si usted se come una suprema a la Maryland o un pollo a la portuguesa se está comiendo un dinosaurio”. 

Clima en movimiento 

Otra cuestión de gran importancia mencionada por el paleontólogo es la información que se obtiene de los fósiles para conocer cómo era el clima en aquel entonces. Destacó la calidad de los suelos ya que de ellos dependía la alimentación de los grandes herbívoros. Esa premisa permitió reflexionar sobre los cambios que se produjeron en el ambiente y los que vendrán. 
Para ilustrar este punto, remarcó: “Tenemos evidencia de algunos mamíferos, por ejemplo vicuñas fósiles, que hoy viven en la Puna a más de cuatro mil metros de altura. Esas vicuñas están adaptadas a condiciones extremas, de sequía y frío, pero hemos encontrado en la región de Anisacate donde hoy existe el bosque serrano. Es muy difícil de imaginar una vicuña en un bosque serrano, es imposible por distintos motivos de la anatomía, fisonomía. 
“Entonces, ese bosque no estuvo siempre ahí, se instaló en el último periodo glaciar que es el estamos ahora, probablemente unos 8 a 9 mil años atrás. Los pastos que comen las vicuñas que seguramente estuvieron en la zona de Anisacate, hoy los encontramos en la Pampa de Achala, en las pampas de altura”, concluyó el especialista cordobés. 
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

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