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A nuestro fútbol no les es ajeno nuestro presente

Lo ocurrido durante el Mundial de Rusia no fue casualidad sino causalidad, un reflejo de la crisis que azota a las instituciones de nuestro país, partiendo de la política y desparramándose al resto del entramado social.

Por: Pedro Héctor Cornejo (DT Nacional de Fútbol)

Mientras el mundo transita ya 18 años de un nuevo siglo, el fútbol se encuentra en Argentina en una etapa dominada por diferentes negociados que van en detrimento de las finanzas de todos los Clubes, tanto los de primer nivel (como los que participan en la AFA) como aquellos de las más alejadas Ligas Regionales.
Siendo Argentina un país futbolero como lo demuestra su reconocimiento mundial, la pasión de los hinchas por una divisa y el acontecimiento social que significa un encuentro de fútbol, lamentablemente, desde hace poco más de 2 décadas la concurrencia a las canchas ha ido disminuyendo. Las instituciones no pueden generarse recursos solamente con el fútbol, incluídos los 4 o 5 más grandes de la AFA. Hoy se suma, como consecuencia de la violencia entre barras, que la hinchada visitante tampoco puede asistir a los partidos.
Entonces, muy difícilmente una institución que se dedica mayoritariamente al fútbol pueda solventar los gastos que la competencia le genera.
Quien primero se dio cuenta de ello hace varios años fue la misma AFA quien, con el apoyo de su apéndice el Consejo Federal de Fútbol, empezó a hacer Torneos Nacionales en Primera División que abarcaran a varias provincias. Si bien se consiguió una especie de federalización del fútbol, sus consecuencias empezaron a tener connotaciones graves en la economía de los Clubes. Todavía hoy no se vislumbran cambios positivos para quienes participan en los modificados Torneos de Primera “A”, Primera“B”, Nacional “B”, los Torneos Argentinos “A” y “B”, más la recientemente implementada Copa Argentina y los agregados Torneos Federales para acceder a los Argentinos “A” y “B”.
Hay que tener en cuenta también que las mismas situaciones son vivenciadas por varias instituciones de primer nivel que pertenecen a AFA, llegando al extremo de equipos de provincias que desaparecieron por no poder soportar su situación financiera.
Las otroras fuertes ligas de capitales de provincias como las Ligas Regionales luchan denodadamente para no desaparecer y, si hoy se mantienen, es producto de esa pasión por el fútbol que todavía conservan algunos Dirigentes y jugadores amateurs o casi amateurs.
Parallamente, los jóvenes de hoy muestran actitudes totalmente distintas -respecto al deporte en general y al fútbol en particular- en relación a los jóvenes de 30 o 40 años atrás.

Talentos de exportación

Los pocos talentos del interior que surgen son llevados cada vez más jóvenes al fútbol de Buenos Aires porque a su vez los grandes Clubes de Europa (que algunas son Sociedades Anónimas o dominadas por Jeques de países de Oriente Medio) buscan y pagan cifras millonarias por jóvenes futbolistas de nuestro país.
Lógicamente, ellos (los Clubes de Europa) están organizados de otra manera, el poder adquisitivo de sus habitantes es mayor que el nuestro y los torneos mueven cifras millonarias en dólares.
Las situaciones detalladas motivaron la aparición de empresarios o intermediarios tratando de “colocar” en Europa a jóvenes jugadores. La FIFA tuvo que reglamentar el fichaje de jugadores menores ya que lo estaban haciendo con apenas 12 años y llevados desde países de América y África. También, personas sin experiencia en el fútbol y algunos aprovechados que solo ven en esto a un negocio, montaron Escuelas de Fútbol sin una organización firme, sistemática y pedagógica y en las que hay que tener cuidado por las implicancias que pueden tener. Sirvan de referencia las palabras de Jorge Valdano cuando hablaba sobre estos últimos y los definía como “presuntos formadores de talentos e impostores competentes” dentro de una sociedad futbolera.
Se viene hablando de que los clubes pueden ser sociedades anónimas, se habla de que se pueden desenvolver con un gerenciamiento o tercerización.
Lo concreto es que nuestro fútbol no pasa por un buen momento porque, a su vez, nuestra Sociedad no lo pasa. Casi podríamos decir que nuestro fútbol está “enfermo”, aunque nos quede el orgullo de que, a pesar de todo, los clubes más importantes del mundo se siguen nutriendo de jugadores nacidos y formados en nuestro bendito país.
Finalmente, nuestra Selección mayor está en un impasse, luego de la sufrida clasificación para ir a Rusia, con una actuación que no colmó ni medianamente las expectativas, mientras se debate cómo empezará a cambiar para volver a los primeros planos en los que estuvo históricamente.
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

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