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La Chiva Páez: el hombre detrás de la música

Por: Adriana Felici (Periodista - directora sección En Familia)

Casi 40 años poniéndole música a las fiestas. Más de 1500 eventos. Rodolfo Páez (59) -“la Chiva”- quien recorrió un largo camino manejando ritmos considera que todo empezó ‘por necesidad’. “El hambre te hace improvisar”, reflexiona este hom- bre de Barrio Pueblo Nuevo, donde aún vive con su madre de 88 años y su hija. En su humildad y franqueza aún se vislumbra a aquel chico de 9 años que vendía golosinas, helados y diarios en la vieja Terminal, y al adolescente que trabajó en Guma. Pero también aflora el joven de 21 años que puso su primer disco en una fiesta. 
- Empecé a trabajar temprano por necesidad. Mi padre era peluquero y mi madre ama de casa. Nació de mí: salía a jugar con los chicos o entraba plata a casa. No había otra. Hice de primero a tercer año en el Sarmiento. En tercero, Raúl Guma me llevó a trabajar en la fábrica y abandoné un año, pero retomé y terminé.
Qué bueno que estudiaste…
- El colegio no era una opción. Hacé lo que quieras pero estudiás, me dijeron.
Trabajando en Guma por la tarde, los fines de semana empezó en boliches “sacando y lavando copas”. Más tarde trabajó con los Sánchez (hacía plaquetas para equipos de música), y luego en JC Sonidos.
Ya te encaminabas para el lado de la música… 
- En Crimson me iba con los chicos que ponían música, y llegó un momento que me sabía de memoria que disco venía después… A los 21 años, compré mi primer equipo. Mi primer trabajo fue en un cumpleaños de 15 en el restaurante de Blacizza.
¿Cómo te sentiste? 
- Imagináte… Un pibe de 21 años poniendo música… No creía haber llegado a eso. Es un paso largo pasar de empleado a patrón. Había susto. Y mucha presión: que querían esto y vos no lo tenías… Porque no nací con toda la música... Después fui comprando… Cuando trabajé en JC Sonidos (ellos le pusieron el local de la calle Kennedy) les grababa, les cobraba con discos y me fui haciendo de material.
¿Fue muy difícil empezar? 
- Era difícil llevar los equipos. No tenía vehículo y dependía de mis amigos. Después de la fiesta los dejaba y los buscábamos al otro día… Tuve mi primer vehículo después de tres años. Le canjeé un equipo de música al dueño de Big Bamboo por una  «Renoleta» (R4) celeste. Y ya fue otra cosa; podía irme a Totoral, Sarmiento, Quilino….
 

Un largo recorrido 

¿Cómo surgió lo de animar?
- Faltaba algo… En los cambios de música había momentos de silencio… Y de a poquito me fui largando… Después, me salió animar el baile. Animar es fundamental: si no ponés empuje para que bailen, a las 5 se van todos. Es el secreto de una buena fiesta. Pero todo tiene que ser alegría; nada de bromas pesadas o chistes hirientes. Y después se me ocurrió regalar discos; primero los de vinilo y después los compactos… 
La Chiva no fue el primer disc jockey de Jesús María, pero quizá sea el más emblemático. Y el único que siguió.
¿Cómo ves el camino recorrido? 
- El balance es bueno. Siempre les digo a mis hijos que traten de no ser empleados. Para mí es esencial. Y tuve la suerte de que Matías me sigue.
Matías (33) se incorporó oficialmente a los 12 años para el casamiento de su tía. A los 14 empezó a ir a fiestas.
- Siempre me gustó, cuenta Matías. De chico me llevaba a armar, pero no me quería llevar a las fiestas. Y yo me quedaba en casa llorando.
En casa, ¿papá Chiva era de poner música? 
- ¡Nada! ¡Ve una radio o tele prendidas y las apaga! En cambio yo estoy todo el día con música. No soy amigo del silencio, ríe Matías. Su padre acota:
- Yo sí soy amigo del silencio. Tengo los oídos a la miseria de tanta fiesta. Tengo un «pip» que está constantemente conmigo. No te lo sacás más.
¿Podrías haber hecho otra cosa? 
- No, esto es lo que me gusta. Tuve miles de ofrecimientos de trabajo y nunca me interesaron. Y logré que les guste a los que me acompañan, concluye, agregando que su hija Agustina (25) es la fotógrafa del equipo. Finalmente, destaca que la seriedad comercial es básica, pero sabe que los Páez venden alegría: “Siempre les digo a los chicos: Péguenle con la música. Tengan mucho material y vean qué necesitan los invitados. Y no te equivoques en nada porque no vas a seguir haciendo fiestas.
¿Qué estilo de música preferís? 
- La de los 70’s y 80’s, dice sin dudar este hombre que diariamente recorre las calles de Jesús María haciendo publicidad rodante. La Chiva: marca registrada de la zona.
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

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