La conjuntivitis es una de las patologías oculares más frecuente en los niños y consiste en la inflamación de la conjuntiva que es la mucosa que cubre la parte externa del globo ocular y el interior de los párpados, nos dice el médico pediatra Diego Almada (MP 26466), y agrega que puede deberse a diferentes causas. Las infecciosas generalmente son muy contagiosas y frecuentes en pequeños que asisten a guarderías (el estrecho contacto que mantienen entre ellos los hace propensos a contraer infecciones). Sin embargo la conjuntivitis no es siempre un trastorno de tipo bacteriano o vírico sino que puede deberse a una sensibilización alérgica, traumatismo o cuerpo extraño oculto en el párpado. Conjuntivitis vírica y bacteriana Son conjuntivitis infecciosas que pueden estar provocadas por virus o bacterias. Síntomas:
Abundante secreción amarillenta en el interior del ojo que, especialmente por la noche, hace que los párpados estén pegajosos y con legañas. Puede provocar secreciones sanguinolentas.
La parte blanca del ojo (esclerótica) adquiere color rojo intenso. Puede haber ardor en los ojos.
Las conjuntivitis infecciosas son muy contagiosas y difícilmente pueden prevenirse. El contagio se produce por contacto directo o indirecto con las secreciones de un ojo afectado. Para reducir la transmisión de la enfermedad es importante seguir algunas normas higiénicas: lavarse las manos después de haber tocado al pequeño y utilizar toallas o paños diferentes para limpiarle los ojos, recomienda el profesional. Conjuntivitis alérgica Síntomas: Picazón, hinchazón de los párpados y lagrimeo abundante. Estos síntomas se acentúan en contacto con agentes alérgenos como polvo, polen, contaminación ambiental, pelo de animales, etc. Cómo limpiar los ojos
Tomar dos trozos de gasa estéril y empaparlos en solución fisiológica estéril.
Limpiar con delicadeza cada ojo.
Usar gasas distintas para cada ojo
No auto-medicar al niño.
Efectuar la consulta temprana. El médico tiene que descartar que no haya complicaciones asociadas, como úlceras de córnea, aumento de la presión ocular u otros diagnósticos diferenciales que pueden asociarse con la inflamación de la conjuntiva, concluye el pediatra.
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