Por: Marianela Tabbia (De nuestra redacción)
Un viernes frío por la noche fue el escenario de esta historia. Reunidas cerca de una estufa a leña, ellas ensayaban al compás de una guitarra. No hubo lugar para las bajas temperaturas. A los pocos minutos se formó una ronda en el suelo y así comenzaron los relatos.
La timidez duró poco ya que las risas se multiplicaron a tal punto que fue difícil seguir la charla. Bajo la coordinación de Patricia Mansilla, artista local con amplia trayectoria musical, las 15 mujeres se reúnen cada viernes para ensayar y poner una pausa a su vida cotidiana.
Ellas son Natalia Camacho, Olga Vázquez, Andrea Orue, Alejandra Piedrabuena, Ana DellaSchiava, María Elina Ardiles, Leny Migotti, Laura Migotti, Laura Contessi, María Victoria Baudin, Zulema Bie, Julia Casas, Nadia Morales, Ignacia Esteso, Estela Bice Taranto y Sandra Distefano.
“Estábamos en la plaza, había un evento y estaba Pato con su coro de niños y niñas. Otra de las Lauras que no está hoy, me dice: ‘¿Por qué no hacemos un coro de mujeres?’ Dijimos: ‘dale’. Hablamos con Pato y ahí nomás dijo que sí. La idea era juntarnos a cantar, nunca imaginamos esto”, resumió Laura Contessi. El proyecto empezó a prosperar y cada vez semana se sumaban nuevas interesadas.

A un año de aquel entonces, Cantoras conquista escenarios con su desparpajo, emoción y empuje. El coro de mujeres rompe estereotipos en cuanto a la imagen clásica de las agrupaciones vocales, a través de decisiones como la espontaneidad o la elección de vestuario que queda en manos de cada una, no de un uniforme determinado.
Pluralidad
Tal vez una de las características que sobresale del grupo es la heterogeneidad de sus integrantes. Doctoras, jubiladas, artistas, docentes, son algunas de las profesiones que se conjugan también con las diferentes ideologías o maneras de ver la vida, si se quiere. Las edades, por su parte, revelan el intercambio de generaciones ya que se reúne mujeres desde 30 a 82 años.

A la hora de consultarles cómo definirían a Cantoras en una palabra, surgieron diversas concepciones pero todas apuntaban hacia lo mismo: rebeldes, mujeres de acción, empoderadas, pasionales, militantes de la vida.
Vínculos
“Hay que desmitificar que un grupo de mujeres se lleva a las patadas. La vedad acá fluye algo diferente, se ha dado espontáneamente y no siempre eso pasa. Hay una energía femenina interesante y eso trasmitimos (…) en este ámbito somos niñas, nos permitimos jugar, nos permitimos los errores. Es un trabajo en equipo, primero está el disfrutar”, manifestaron.

Allí estuvieron presentes, juntas por una amiga: “Ese día cantamos, nos quebramos porque cantamos para este ser tan querido para ella que está desaparecido (…) en ningún momento se puso en discusión ideológica si lo hacíamos o no, era acompañar a Leny más allá de lo que cada una pueda opinar”.
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