
Fuente: Consumer y SNT.

- En general, estos recipientes no están preparados para ser utilizados más de una o dos veces porque en su composición hay dos sustancias potencialmente peligrosas: el bisfenol A (se usa para que el plástico sea duro y transparente), y los ftalatos (para que la botella sea blanda y flexible). Está demostrado que si el plástico se somete a temperaturas muy altas se multiplica la liberación de estos aditivos.
- Cuando se rellena una y otra vez este tipo de envases con otra clase de líquido, el interior pierde sus condiciones de asepsia, pudiendo llegar a contaminarse con microorganismos y bacterias procedentes de nuestra boca o del ambiente.
- Un experimento realizado en el Reino Unido concluyó que en las botellas de plástico reutilizadas durante una semana hay "más bacterias que en un inodoro”, de las que el 60% son capaces de transportar enfermedades. Además, los microorganismos se adhieren con más facilidad a los plásticos que al vidrio o metal; situación que se intensifica cuando la botella está aplastada o deformada.
- Volviendo al bisfenol A, se cree que interfiere en las hormonas sexuales y con el sistema endocrino. Y si bien a nivel mundial aún se delibera si las sustancias que contienen estos plásticos son cancerígenas, se recomienda no rellenar estos envases, y en cambio utilizar recipientes de vidrio, polipropileno o metal, y en todos los casos higienizarlos muy bien antes de rellenar.
- Y atención: Cuando en el hogar hay niños o personas muy mayores es peligroso tener envases de bebidas rellenadas con productos químicos: los mismos se pueden ingerir por accidente.
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