La Municipalidad de Jesús María no tuvo que pedir, recientemente, ningún tipo de auxilio económico al gobierno de Córdoba ni tampoco al gobierno Nacional.
De hecho, es un distrito que registra escasos antecedentes sobre solicitud de este tipo de asistencia, con excepción de lo que pudo ser la toma de algún préstamo de fondos que maneja el Comupro o del fondo de asistencia permanente para municipios que se acordó con el gobierno provincial y que surge de un porcentaje de la coparticipación.
La intendenta Mariana Ispizua aseguró, además, que en lo que va del año tampoco tuvieron gran variación en la recaudación de los ingresos municipales respecto de igual período del año anterior. En lo que sí hubo un recorte, aunque producto de una decisión política, fue en la cantidad de empleados. Ispizua decidió no cubrir tres cargos dentro del Ejecutivo tras la renuncia de sus titulares, dos secretarías y una dirección. Tampoco cubrió las vacantes generadas por una treintena de empleados que se jubilaron o a los que se decidió no renovarles el contrato.
“Nuestro cronograma de obras viene conforme a lo previsto y presupuestado. La reducción de personal y la absorción de algunos servicios que teníamos tercerizados nos permitió hacer cierto ahorro que puede parecer simbólico, pero es parte del compromiso que asumimos de ser austeros en el manejo de los fondos públicos”, explicó la intendenta.
Dentro del marco de austeridad, también fue significativo el ahorro que el municipio hizo en edificios alquilados ya que mudó muchas reparticiones al edificio del exIMEI.
Lo único que podría hacerle recalcular el presupuesto 2019 es la actual negociación que la Nación lleva con los gobiernos provinciales por la reducción del déficit fiscal y que podría recortar en un 30 por ciento los fondos coparticipables, lo que repercutiría en los municipios.
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