Por: Bioq. Fernando Manera (Autor del libro Una amenaza invisible)

Actualmente, y a nivel mundial, es la sustancia activa de más de 750 productos diferentes que se utilizan en la agricultura, silvicultura, jardinería y para aplicación doméstica. Pero en los últimos años, este químico viene generando divisiones y es blanco de numerosas críticas.
Ni los científicos ni los organismos internacionales se ponen de acuerdo sobre sus efectos. Un sector sostiene que podría contribuir en el desarrollo de enfermedades como el cáncer, pero otros sostienen que tales afirmaciones no están debidamente fundadas.
Controversia sin fin ni propósito

Cito como ejemplo al Malation (fosforado, también neurotóxico) que puedo comprar en la Comunidad Europea -por internet en Parafarmacia24- y que encuentro en productos como Para plus piojos y liendres en spray, un pediculicida que tiene dos principios activos: Permetrina y Malation, y que están indicado para el tratamiento contra piojos y las liendres ¡en el cuero cabelludo!. En Argentina, se utilizó para el mismo fin hasta agosto de 2012, y hasta febrero de 2011 se usó con el mismo propósito el Lindano, un agroquímico prohibido en su uso agronómico y veterinario desde hace más de 30 años.

Otro tema del que pocos hablan es de los millones de personas que se ven expuestas al consumo diario de Arsénico porque está presente en el agua que consumen y con la que se higienizan.
El riesgo de que esos químicos puedan afectarnos depende de una simple ecuación: Riesgo igual a Toxicidad del químico por tiempo de exposición.
Los químicos de uso agropecuario no se utilizan los 365 días del año, como tampoco se utilizan a diario químicos del campo medicinal como un piojicida, pero muchos sí están expuestos a diario al consumo de peligrosos químicos como el arsénico junto con el agua “potable” que sacamos de nuestro pozo o que nos llega por distribución. Y muchos también están expuestos a diario a químicos que nos llega con el aire que respiramos a través de la combustión fósil (principalmente diésel) o por quemas a cielo abierto de basurales o quema de neumáticos en manifestaciones callejeras.
A modo de conclusión
Mientras organismos internacionales discuten la prohibición o no de un químico como el glifosato en el ámbito rural, otro sector comercializa vía internet otro químico con igual clasificación por la IARC, pero para colocar directamente sobre la cabeza de los niños y en una concentración mayor. Tenemos que salvar esas contradicciones.
A muchos podrá parecerles que quiero desligar la incidencia que tiene el mundo agronómico sobre el incremento de algunas enfermedades. De ninguna manera, pero creo que tampoco es justo achacarle toda la responsabilidad a ese sector.
Mi creencia es que la ciencia debe seguir investigando y tratando de descubrir nuevos compuestos químicos más equilibrados con el ambiente y lo menos nocivos para las personas. También creo que el uso de los químicos que hoy están permitidos debe ser supervisado rigurosamente por profesionales idóneos y su trabajo controlado, a su vez, por organismos gubernamentales que verifiquen que se cumplen todas y cada una de las leyes que regulan esa actividad.
Llevo años trabajando para reducir los riesgos a enfermar por la exposición que tenemos en este complejo mundo químico que nos rodea. Trato de educar sobre cómo deben utilizarse correctamente, y trato de alejarme de posiciones fundamentalistas.
El mundo químico al que estamos expuestos es mucho más amplio y variado que en su uso agronómico. Por ese motivo, la educación y la responsabilidad entre quienes los utilizan son fundamentales para disminuir los riesgos de que puedan acarrearnos una enfermedad, ya sea en el campo, en la ciudad, o en nuestro propio hogar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario