“Arte y juego” es el nombre de la instalación que combina escenas escultóricas y diferentes dispositivos lúdicos, proponiendo la interacción y la participación de los vecinos. La actividad se realizaba al cierre de esta edición sobre calle Güemes y Malvinas Argentinas y estaba abierta a toda la comunidad.
Esta propuesta invita a reflexionar en torno al arte y el juego, en general, y a algunas experiencias lúdicas de los niños en contextos vulnerables, en particular. Nos propone pensar / pensarnos desde una posición cultural y política alternativa, de reconocimiento de la diferencia y la capacidad de acción de los sujetos, que es posible en el marco de proyectos colaborativos dentro del campo popular.
Y esta perspectiva no es casual, porque y aquí entra “en juego” la historia y trayectoria del autor del proyecto. Néstor Enriquez participa en diferentes proyectos artísticos, socioculturales y educativos en espacios públicos como miembro de la Asociación Civil El Espejo, espacios de identidad, colectivo que nace en el barrio Güemes durante la década del ’90.
La calle del barrio sería el marco de una puesta artística, en esta oportunidad testigo de un trabajo final de grado.
La obra
La propuesta consiste en la presentación de personajes de cerámica de pequeño formato instalados en un contexto poético que alude a distintas situaciones de juego y a una manera de hacer/accionar en el mundo. Para presentar estos modos de vida, se recurre al uso de contrastes de materiales y texturas, entre la delicadeza del bruñido de las figuras y la rusticidad de los escenarios hechos con desechos y elementos encontrados.

Junto con las escenas escultóricas se propone desplegar los dispositivos lúdicos para sugerir una acción e invitar al observador a participar involucrándose en el juego. Estos dispositivos lúdicos consisten en elementos ubicados de modo que el espectador pueda identificar, que puede tomarlos y modificar las escenas, de alguna manera, interactuar con ellas. Todo esto en un espacio dispuesto para jugar.
Las esculturas de la plaza San Martín de Jesús María y las de calle Córdoba donde empieza el Paseo de Artesanos fuera del Festival, más la escultura que homenajea a la Pachamama son obra de Enríquez, al igual que el monumento a los veteranos de Malvinas, los hombres farol de una nueva plaza, y la Huayra Puca frente a la Plaza Nóbile en Sinsacate.
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