A lo largo de estos 11 años que tiene la delegación Jesús María del Consejo Profesional de Ciencias Económicas, las acciones solidarias fueron siempre un sello distintivo. Lo hicieron con las escuelas rurales del departamento Totoral en su momento, con la escuela rural de Canteras del Sauce en las Sierras Chicas, y a nivel local con otras instituciones como el geriátrico municipal y con la Casa de Matías, por mencionar algunos.
Este año, la colecta solidaria tuvo un nuevo beneficiario y una ocasión particular: la colecta se realizó entre los matriculados para beneficiar al comedor El Gaby y con la consigna de hacerles llegar juguetes por el Día del Niño.
Finalmente, el pasado sábado tuvo lugar la entrega en la sede del comedor en barrio Sierras y Parques. Hasta allí, llegó una delegación del CPCE encabezada por las contadoras Liliana González y Mariel Nanini quienes hacieron entrega de una bibicleta, peluches, juguetes, y libros para pintar, entre muchos otros regalos.
Aunque la colecta original suponía como destinataria otra escuela rural, la noticia de que el comedor iba a realizar la fiesta del día del niño y que necesitaba juguetes terminó inclinando la balanza sobre este último.

Los juguetes iban a ser entregados durante la celebración del Día del Niño que el comedor realizaba el fin de semana pasado, pero la lluvia obligó a posponer esa celebración para este fin de semana.
Paliar el hambre
El comedor El Gaby entrega diariamente alrededor de 140 raciones de comida a personas que las retiran de la institución, aunque en paralelo hay un número bien variado de niños que asisten a la copa de leche.
“A veces son 40, otras 60, y cuando el hambre aprieta se suman muchos más y casi llegamos a 100. Nosotros tratamos de que no les falte a nadie”, añadió Luna sobre la copa de leche. De hecho, a la bicicleta que recibieron del CPCE solamente la van a sortear entre los niños que asisten a ese servicio.
Todo se solventa con donaciones que hacen empresas y particulares y con el trabajo que realiza la familia Luna en eventos y en forma particular.
Siempre remándola
El sostenimiento de la institución se ha vuelto más complejo en el último tiempo porque tuvieron que dejar el lavadero que explotaban sobre calle Julio A. Roca.
Desde entonces, han estado a en la búsqueda del préstamo o la tenencia precaria de algún terreno, más o menos céntrico, porque los aparatos con los que brindan el servicio de lavado de autos son propios, recibidos a través de generosas donaciones.
En apariencia, están cerca de poder cerrar un convenio de préstamo de uso de un inmueble sobre calle Zípoli, pero falta tiempo para eso. En el mientras tanto, se vienen arremangando para poder seguir adelante con la labor solidaria que emprenden desde hace años.
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