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Foto Gentileza Radio Jesús María |
Si las 300 familias friulanas/vénetas que colonizaron Colonia Caroya se hubiesen topado con la xenofobia que corre por estos días, seguramente hubieran pegado la media vuelta y se hubiesen vuelto a la Europa de miseria que habían dejado unos años antes de que comience el siglo 20.
Lo curioso es que muchos de los colonos y no tan colonos que ya van por la quinta o sexta generación en nuestro país se vienen mostrando por estos días demasiado xenófobos con, por mencionar un caso, los refugiados sirios que están desde este año en nuestra zona.
A este editor le dio vergüenza ajena la lectura de mensajes en las redes sociales de los medios de comunicación local por la forma en que se refirieron a la situación que atraviesan.
Los sirios dejaron su tierra, igual que los colonos de 1878, con promesas que después no se cumplieron. Les aseguraban casa por dos años e ingresos por alrededor de $ 14 mil. Y de no ser por las familias que los alojaron hubiesen caído en la miseria, en una tierra lejana, con un idioma que apenas comprenden, con tradiciones totalmente diferentes, alejados de amigos y parientes, y preocupados porque su futuro -lejos de la guerra- se le parece en mucho si no logran prosperar en Argentina.
Y no salgan a decir que trabajo sobra porque no es cierto. El único trabajo que sobra es el que nadie quiere hacer porque está mal pago y en negro, el más duro, el menos agradable. Ése es el trabajo del que muchos hablan. Yo no lo tomaría, no entiendo por qué pretenden que ellos lo tomen.
Pero no sólo necesitan trabajo, son seres extremadamente sociales que, incluso, necesitan aprender el idioma... ¡dialogando!.
Y tampoco pretendan que asuman las condiciones que aceptaron nuestros antepasados inmigrantes porque ellos vinieron en el siglo XIX y XX y llevamos bien entrado el siglo XXI. Ponerse en los zapatos del otro, eso hace mucha falta.
Comparto esta editorial del Semanario Primer Día condenando las expresiones discriminatorias que tuvieron lugar en los comentarios de un post de Facebook de un medio de Jesús María.
ResponderEliminarLa situación de los refugiados e inmigrantes es más que preocupante. Vale recordar que en tanto se respeten los derechos humanos, tienen derecho a ejercer su libertad de expresión sin límite alguno.
Por otra parte hay que evitar desde los medios de comunicación todo tratamiento periodístico proclive a la revictimizacion de las personas migrantes, no sólo por su situación en Argentina, sino sobre las realidades en sus países.
En los últimos años se define a Siria como un país de inestabilidad política por las decisiones de su gobierno (el cual es catalogado de dictatorial). Una consulta a fuentes internacionales más variada y plural nos puede ayudar a entender que la situación en este país es más compleja.
Entender las realidades de los países en conflicto desde la pluralidad, y no limitándola al mote que los medios hegemónicos internacionales le ponen (subdesarrollado, dictadura, etc) es también una forma de ejercer el derecho a la comunicación y la libertad de expresión de forma responsable.
En tiempos de drástica disminución del pluralismo emerge la xenofobia y con ella la violencia. La variedad de opiniones en el marco del derecho a la no discriminación es lo único que puede evitar una escalada de violecia simbólica y mediática. Lucas Contreras