El pasado viernes 4 los niños del Jardín de Infantes Leopoldo A. Reyna de Sinsacate vivieron un día especial compartiendo meriendas, juegos, anécdotas y la celebración del día de la Pachamama con los abuelos del geriátrico local. Todos juntos -ambos extremos de la vida- disfrutaron de una jornada que seguramente no olvidarán, porque -como dijo Tochi, uno de los abuelos- estar cerca de los niños ayuda a “revivir la propia infancia”. O, como expresaron las seños, “Los niños que pueden compartir con abuelos (aunque no sean de sangre) están mucho más cerca de la felicidad”.
Niños y árboles
La ceremonia en homenaje a la Madre Tierra que los chicos de salas 3, 4 y 5 de ambos turnos llevaron a cabo viene de la mano del proyecto “Planta un árbol” que se desarrolla en el Jardín hace tres años. Uno de los objetivos es cada niño siembre su propio arbolito. Pero en realidad -y aquí destacamos el enorme valor de esta iniciativa de las docentes- este proyecto no consiste simplemente en sembrar semillas… sino en sembrar conciencia en estas generaciones que apenas despuntan. Para estos niños poner una semilla en la tierra es aprender que al medio ambiente lo cuidamos entre todos; es entender que plantar un árbol es plantar vida; es comprender que cada vez que un árbol muere, la tierra sufre. Es, en definitiva, aprender a alzar la voz contra la tala indiscriminada.
Nace la idea
“Cuando nos mudamos al nuevo edificio nos encontramos con que el patio no tenía plantas y había que elegir los horarios de sol menos fuerte para salir. Lo charlamos entre nosotras y luego se lo planteamos a los alumnos a ver qué respuesta nos daban. De ellos surgió qué bueno sería tener plantitas para darnos sombra”, nos cuenta la seño Roxana, puntualizando que a mediano plazo el proyecto contempla la reforestación junto a primer grado de espacios verdes de Sinsacate. “Empezamos con algarrobos. La idea –sonríe- era poner arbolitos en espacios verdes; pero los chicos se encariñaron tanto que no quisieron desprenderse de ellos y los llevaron a sus casas”. Es de destacar asimismo que el proyecto se articula con la docente de primer grado María Inés Bustamante, capacitada en forestación.
Con mirada de niño
“Cuando llego al jardín me pongo contento porque planto plantas y después se las doy a mi mamá” (Salvador).
“Le ponés agua a la regadera y después esperás y crece una planta” (Delfina).
“Los árboles sirven para dar sombra” (Vicente).
“Hay que poner la semilla y después chorrearle agua” (Juan).
“Las plantas también comen” (Zoe).Salvador nos sorprende: él quisiera poner arbolitos “donde viven las llamas”; en el norte argentino. Sólo lo conoce a través de fotografías, pero sabe que hay mucho sol. “Si no le damos agua la planta se arruga, se marchita, se muere”, se escucha casi recitar a coro en esa salita de 4 años. Y Salvador agrega: “Cuando hay mucho sol hay que darles más agua porque si no se mueren y hay que tirarlas. Yo no quiero tirar las plantas”.
Los niños jugaron con semillas. Las conocieron. También, recorriendo el pueblo o viendo fotografías aprendieron a distinguir algunas especies de árboles y luego los dibujaron. Esos dibujos, junto con los de los chicos de primer grado, formaron parte de una exposición, y la Municipalidad imprimió calendarios 2017 con esas imágenes.
La ceremonia
A Clarita, Natalio, Nicolás y a Tochi del Geriátrico Modelo Sinsacate también se los ve contentos. Comparten el entusiasmo de los chicos por homenajear a la madre tierra. “Me encanta, es la primera vez que participo y estoy chocha. Cada vez que voy a Jesús María le pido a la Pachamama que está en la Plaza San Martín”, nos confiesa Clara.
“Estar aquí me produce alegría; siento como si fuera un niño yo también”, sonríe Natalio, un ochentón sin hijos ni nietos, en excelente estado físico y mental. Y Nicolás se emociona: “Antes había mucho monte, ahora está todo volteado”, dice resumiendo el significado y alcance de este maravilloso proyecto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario