Por: Marianela Tabbia (De nuestra redacción)
La joven de Jesús María desde chica tuvo interés por los fierros aunque a la hora de elegir la carrera terciaria optó por la educación física. Pero nunca imaginó que ir con sus amigos a las carreras marcaría el inicio de una nueva etapa ya que fueron ellos quienes impulsaron la pasión de Sofía por los deportes extremos. Comenzó subiéndose a una moto prestada luego siguieron las prácticas hasta que decidió dar el siguiente paso.
Una de las primeras cuestiones que debió afrontar fue la económica ya que en este deporte debe invertirse no sólo en vestimenta especial sino también en la adquisición de una moto adaptada para el tipo de disciplina.
El motocross se desarrolla en circuito cerrado, con distintos obstáculos que pueden ser saltos, curvas o variaciones en el tipo de suelo. Es una actividad que combina la destreza del piloto junto con la velocidad debido a que obtiene la corona quien arribe primero a la meta, a diferencia de otras competencias que se realiza por tiempo.
El corredor Ariel Bonomo se convirtió en la figura clave para que la joven iniciara en el deporte ya que la aconsejó y le enseñó diferentes técnicas. Además, Bonomo diseñó un circuito en el cual los competidores de la zona realizan los habituales entrenamientos.
Debido a que en Córdoba no existe una categoría femenina en motocross tuvo que viajar a La Rioja en donde disputó todas sus carreras hasta el momento. La familia decidió acompañarla en cada desafío, transformándose en un pilar para ella sin el cual, según sus palabras, no podría haber llegado tan lejos.

Los buenos resultados siguieron durante la temporada lo que desvió las miradas a la promesa del deporte que surgía. De esa forma, con tan solo 23 años Sofía se transformó en la única mujer de la región en competir en motocross y una de las pocas cordobesas que lo practican.
De las siete carreras que disputó ese año, alcanzó el triunfo en tres de ellas y, gracias a esa performance, pudo salir subcampeona.
Ya en 2016, logró pasar a la categoría A aunque no pudo asistir a todas las fechas y corrió sólo cuatro encuentros con su nueva moto.
Asegura que el el hecho de ser mujer nunca fue un problema sino todo lo contrario: una chica en una disciplina arriesgada despierta interés tanto en sponsors como en el público. En cuanto a sus pares corredores, siempre recibió muestras de apoyo y felicitaciones.
Una realidad que viven muchas deportistas es que no pueden competir, debido a que tienen que viajar a otras provincias y eso limita la cantidad de inscriptas.
De hecho, en 2017, se disolvió la categoría femenina en el campeonato provincial de La Rioja por escasa participación mientras que quienes quisieron continuar debieron hacerlo junto a los hombres en la general.
2018 recargado

Su sueño es vivir del deporte que le apasiona, sostiene que su personalidad es exigente por lo que siempre busca superarse. La próxima meta es avanzar en los entrenamientos y competencias: “Siento que me queda mucho por aprender, por dar de mí misma. Sé que lo que vine haciendo fue al 50% de lo que tengo”.
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