El municipio caroyense hizo el acto de posesión de un terreno de 135 metros de frente por 200 metros de fondo que perteneció a la familia Guyón y que estuvo durante décadas en total abandono. Su mayor valor es, hoy, el gigantesco parque verde que ofrece ya que el sitio está plagado de árboles cuyo valor comenzarán a evaluar.
Las autoridades confirmaron que será una reserva ecológica para la ciudad y que nunca tendrá un destino diferente a ése. La ciudad venía con un déficit de espacios verdes en la zona urbana y, en este caso, beneficiará a los cuatro o cinco barrios que están en el ingreso desde la ruta nacional 9.
Como parte del proceso de expropiación al que sometió el inmueble la Municipalidad, esta semana se hizo el depósito judicial de $ 4,4 millones que fueron aportados en su mayoría por el gobierno de Córdoba.
El diseño paisajístico original de este predio se lo atribuyen al arquitecto Carlos Thays, famoso por sus obras de protección del patrimonio natural.

“Cuando era niño -añadió Brandán- y vivía en el Lote XI, siempre pasaba frente a ese parque monumental con grandes y variadas especies de árboles y quedaba sorprendido. Siempre imaginé que ese lugar tenía que ser un gran espacio verde para que lo disfrutemos todas. Apenas llegamos al gobierno nos pusimos a trabajar para hacer realidad este viejo sueño que hoy logramos”.
El proceso comenzó en 2015 cuando el municipio envió un proyecto de ordenanza al Concejo Deliberante para crear la “reserva parque-urbano” en esa zona de la ciudad, cuyo frente se ubica sobre avenida San Martín al 900. Después, tramitó ante el Juzgado Civil, Comercial, Conciliación y Familia de Primera Nominación de Jesús María la expropiación propiamente dicha.
El origen del inmueble

Fogliarini fue propietario de la bodega Intihuasi y de un campo con el mismo nombreen Deán Fúnes. Más tarde, compró la Estancia El Indio y llegó a construir su propio mausoleo en el Cementerio de Colonia Caroya.
Según relevó Roggio, la intervención de Fogliarini fue clave, incluso, en la fundación de Colonia Vicente Agüero. Como era adinerado, compró las acciones del agua y se las vendió a los colonos que se separaron de Caroya para crear Sandurí.
Tuvo una única hija llamada María que se casó con Antonio Guyón. Juntos tuvieron cinco hijos que, al momento de repartir la cuantiosa herencia, ingresaron en una disputa sin fin durante décadas.
Los bienes a repartir fueron tantos que ninguno de decidió a hacer algo con el chalet hasta que llegó a un estado de abandono impensado.
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