Como establecen los estatutos del Festival de Doma y Folklore, siete escuelas que hoy no forman parte de la institución presentaron sus notas pidiendo la inclusión entre el primero y el diez de marzo.
Menos de 48 horas después, cada una de ellas, recibió una idéntica nota y respuesta formal: No. Entonces, las escuelas denominadas apadrinadas pidieron una nueva reunión con todas las 20 escuelas socias del Festival para explicarles el porqué de la solicitud. Sobre esa nota, nunca recibieron respuesta formal. Y se llegó hasta la fecha del llamado a asamblea en la que se conoció que el tema sobre una eventual incorporación de nuevos socios no fue incluida en el orden del día.
Pese a que las escuelas apadrinadas habían decidido mantener sus relaciones por fuera de la comunicación con los medios locales, la exclusión de esta discusión los llevó a llamar a una conferencia de prensa para manifestar su decepción, dolor, y malestar.
Quien tomó la palabra durante dicha conferencia fue la profesora Mercedes Salort, directora del IPEM 349 Giovanni Bosco de Colonia Caroya, con un discurso sin fisuras, sin exageraciones y sin agravios en donde quedó muy clara la posición de las escuelas que tienen más inclinada la balanza hacia la decepción antes que el enojo.
Vale recordar que el anuncio sobre la creación de estas escuelas apadrinadas partió del propio Festival, que fue anunciado con bombos y platillos, y que dejó por un tiempo de lado las críticas que el Festival venía recibiendo por su negativa a incorporar nuevos integrantes. Muchos suponían que era el primer escalón hacia la discusión formal sobre la necesaria reforma del estatuto que permita nuevos socios.
“Lo que ocurrió (desde que anunciaron el proyecto de apadrinadas) generó expectativas en nosotros como cabezas de una institución, en nuestros padres, en nuestros chicos, y también en la comunidad en general. Querer integrar la Doma no responde solamente a un interés económico, sino también al enorme valor simbólico que tiene un festival de la magnitud de este festival con más de 50 años a nivel nacional. Todo eso entra en juego en este pedido que hacemos desde hace mucho tiempo”, señaló Salort.
Para la directora del Giovanni Bosco, la otra frustración fue no haber recibido respuestas a la nota que ingresaron el 26 de mayo: “Nos anoticiamos que la comisión directiva decide no incorporar el tema en el orden del día (de la asamblea) y la explicación que citan es que las personas que votarían son las mismas que votaron negativamente en la asamblea anterior y no es pertinente tratarlo. Esto vuelve a foja cero un recorrido, un camino, una expectativa que teníamos y no hace honor a la raíz”.
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