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Ester de Chiara: “Los mejores recuerdos de mi vida son de Jesús María”

Por: Adriana Felici (Periodista - Directora En Familia)

Todos dejamos huella. Con sus 86 años, madre de 2 hijos, abuela de 7 nietos, y enamorada incondicional de Jesús María, Ester de Chiara recuerda la ciudad que la vio crecer: “Era hermoso… había muchos veraneantes de Buenos Aires. Tenían casas hermosas que ya no están. Venían todo el verano”.
Ester es hija de Zoila Nobile  (fallecida en 1991), quien fuera modista de muchas veraneantes que llegaban a su casa con pilas de telas para que les cosiera la ropa de invierno que luego enviaban a sus hogares por encomienda. Ester menciona a: “Las niñas Zerboni, los Peña, los Díaz Usandivara, los Guyón, los Bulgheroni, la esposa de Silvio Lépore… En un libro hablan de las primeras modistas de Jesús María. Mi mamá no figura. ¡Pero a esas modistas mi madre les enseñó a agarrar la aguja y el dedal!”, asevera. Ester nunca cosió: “Mi mamita no quería. Que no les toque hacer esta vida nos decía”.

Diversiones
Zoila Nobile, mamá de Ester
¿Jesús María hace 70 años? “Los domingos a la tarde la vuelta a la plaza… Los muchachitos a la orilla presumiendo, y nosotras ir y venir por la cuadra… Nos decían piropos… todas cosas lindas”. Su grupo: “Betty Trettel, mi hermana Elsa, Zulma Bergagna y sus hermanos varones (primos), Norma Banci…”.  Primero, fueron las travesuras a la siesta (de una de ellas Elsa terminó con 7 puntos en la cabeza). “No sabés el alboroto… Cuándo no van a ser las hijas de Zoila y Estela… decían”. ¿Diversiones? Hacían obras de teatro (¡cobraban entrada!), jugaban al carnaval, a piedra libre, hacían fogatas… “Mi casa era una alegría permanente”, rememora, remarcando que vive sobre el Boulevard Agüero desde sus 5 años, cuando los plátanos lo recorrían. ¿Una anécdota? “Mi mamá fumaba, y como entonces no se fumaba delante de los padres, algunas amigas fumaban en casa. Venían las madres y creían que era mi mamá”, ríe, aclarando que Zoila murió “de viejita”.

Amor
Tardes con amigas: “Una cosía, otra bordaba, otra tejía, tomábamos mate…”.  Más tarde vinieron los asaltos, las fiestas… Y el amor. Le cuesta reconocer que era linda… pero cuenta que ganó “algunos” concursos de belleza. Le pregunto sobre novios y se enternece recordando a: Chichí, el primero. Suspira y me cuenta: “Yo estaba enamorada de él… Un sábado hacían un baile de gala en el Plaza Hotel. El día anterior, en el coche motor, venía un muchacho -Miguel “Cacho” Ledesma, (quien fue su marido-), y preguntó: ¿Quién es esa rubia? Yo lo miré y nada. No me cayó bien. Y cuando volvimos en el coche motor, ¡las chicas lo invitaron al baile del sábado!”.
Cacho vino. ¡YChichí también! “Como no había traído traje yo empecé que no voy y no voy. Mi hermana me puteaba, y mi mamá: Si no van las dos no va ninguna”. Fueron. Chichí se resignó a sentarse en el bar mirando el baile, y Ester (para zafar de un pretendiente que tampoco le gustaba) bailó toda la noche con Cacho…. bajo la disgustada mirada de Chichí, que a la salida, le dijo: “Olvidáte de que existo”. Ustedes, ¿ya habían tenido…algo? “¡Claro! -exclama- Entraba a mi casa como amigo, y los domingos nos íbamos a tomar un helado al centro, nos sentábamos en un banco de la plaza y chapábamos…”. ¿Qué era chapar?, le pregunto divertida. “Era algo tranquilo, de tomar la mano, un besiquito… no como ahora”.
Abreviando, al día siguiente Cacho fue su casa: “Estaban las chicas y la Zulma le dice: ¿Querés conocer a los papás de Ester? Claro, le dice él. Y yo: Zulma dejá de hablar pavadas… Pero allá se fueron… Señor, soy fulano de tal, he conocido a su hija, quiero tratarla. No sé si voy a llegar a algo con ella pero me gustaría que me permita visitarla. ¡Se murió de gusto mi papá!”.
Cuatro años después Ester se casó con Cacho, a quien define como “buen esposo, buen compañero”.
Ester fue maestra. Su primer trabajo fue en una escuela en el norte de Córdoba… “¡Cómo lloré…! Me quedaba toda la semana porque no había medios de locomoción. Ni agua había…”.
Luego fue la escuela de Santa Teresa, después Puesto Viejo, más tarde la Morandini, hasta que -como su marido trabajaba en Deán Funes- allá se fue con sus dos hijos. “Ahí estuve 23 años pero todos los fines de semana y en verano me volvía a Jesús María”. Ya jubilada, vivió 10 años en Córdoba. “Y después como mi mamá estaba muy viejita, me vine hasta que falleció. Y ya de acá no me voy más. Con los pies para adelante me voy. Los mejores recuerdos de mi vida los tengo de Jesús María”.
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

2 comentarios:

  1. qué linda nota!! Mi mamá también le tejía a "las niñas Zerboni" cuando estaba recién casada y la vida era más difícil.Parece que las niñas eran una buena fuente de recursos! :)

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  2. qué linda nota!! Mi mamá también le tejía a "las niñas Zerboni" cuando estaba recién casada y la vida era más difícil.Parece que las niñas eran una buena fuente de recursos! :)

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