También son razones las alteraciones de las condiciones climáticas -que ocasionan sequías, inundaciones, picos de temperatura por sobre las previsiones normales, destrucción de la capa de ozono, y otras consecuencias catastróficas imprevisibles- provocadas, según la mayoría de los científicos, por la contaminación ambiental y la destrucción de las masas boscosas sin control, como derivación de la depredación de los recursos naturales, a escala global. Hay que señalar que quienes más sufren estas consecuencias dañinas son las poblaciones de menores recursos que ven afectada su nutrición y su salud, sobre todo.
Incluso, hay otras razones que a veces no contemplamos en su verdadera dimensión. Hay razones de convivencia social, según las cuales muchas veces pensamos que ‘a mí no me va a afectar esa consecuencia negativa que se produce por cambios bruscos de clima, temperatura ambiente, excesivo calor en verano o fríos inesperados en invierno’. Creo que toda persona en su sano juicio y en equilibrio emocional debe reflexionar y comprenderá que el medio ambiente nos afecta a todos, que no respeta fronteras ni razas ni situaciones económicas especiales. Las víctimas que producen el frío o el calor en países del primer mundo como Francia o Estados Unidos son ejemplos que nos deben preocupar.

Estas razones deben ser tenidas en cuenta e internalizadas por toda la Comunidad, especialmente por los funcionarios y políticos que gestionan la administración de gobierno para que haya verdaderas políticas de estado en materia ambiental que preserven el espacio público, la forestación y cuidado de las márgenes del río Guanusacate. La pérdida de la masa boscosa por tala indiscriminada y algunas urbanizaciones depredadoras han provocado los incontrolables torrentes de sus aguas que destruyen todo a su paso. Hemos tenido víctimas fatales evitables. Es un severo llamado de atención y digno de reflexionar en este tiempo para que no vuelva a ocurrir. Hacer diques en la cuenca alta y el cuidado de las márgenes del río es lo que aconseja la experiencia internacional en geografías similares.
Finalmente, hay otra razón digna de mención y quizás la más importante para reflexionar hoy porque nos interpela como seres inteligentes y racionales: Es el excesivo consumismo y la codicia desmedida de los factores que dominan la economía que mediante publicidades engañosas manipulan nuestras necesidades y nos conduce al Tener en vez de al Ser. Creemos que nuestras aspiraciones de una vida sobria deben ser como decía, creo, San Francisco de Asís “Necesito poco para vivir y, lo que necesito, lo necesito poco”.
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