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Pequeños productores de la zona hicieron sentir su preocupación ante funcionarios nacionales

El subsecretario de Desarrollo Territorial, Felipe Crespo, y el director de la misma dependencia, Guillermo Crucianelli, escucharon los reclamos.

Lo que en principio iba a ser un intercambio de información sobre los programas y métodos de financiación que tiene a disposición la Subsecretaría de Desarrollo Territorial de la Nación, organismo que depende del Ministerio de Agroindustria, terminó siendo un pedido de auxilio de productores de pequeña y mediana escala que demostraron que están de pie, con proyectos, pero también con dificultades.
Por citar un ejemplo, los productores que vienen del sector vitivinícola plantearon, claramente, la necesidad que tienen de encontrar una manera de incentivar a que no levanten más viñas, quienes vienen experimentando por tercer año consecutivo pérdidas.
Las pulverizaciones con productos hormonales volátiles en la época de la floración de la vid, además de las contingencias del clima, son el principal aspecto que quieren encontrar una solución de fondo.
Pero también se planteó la necesidad de que se brinden formas de financiamiento que tengan en cuenta la particularidad de la plantación de vid, es decir, que contemplen que no dan frutos hasta el tercer o cuarto año.
Y se volvió a la necesidad de encontrar financiamiento para la colocación de malla antigranizo. Sobre la forma de que esa financiación no se trabe en la cuestión burocrática, bodega La Caroyense ofreció su estructura comercial para oficiar de mediador entre los créditos y los productores.
En la reunión que fue seguida con mucha atención por Felipe Crespo también plantearon su inquietud los productores del sector porcino que vieron incrementados los costos de alimentación de los animales, a raíz de la suba del maíz, lo que los pone a un paso de dejar de ser competitivos. Los productores del sector hablaron, concretamente, de poder armar en conjunto una suerte de “maternidad” para poder proveerse de sus propios cerdos e ir mejorando la genética.
Otra preocupación que dejaron tuvo que ver con las importaciones de ese animal que se vienen haciendo desde Brasil para satisfacer el mercado interno. Aunque en porcentaje no representa mucho, un crecimiento de esas importaciones los dejaría decididamente cada vez más afuera del negocio.
El dato de color lo aportaron los directivos del colegio Pío León y de la Escuela de la Familia Agrícola que se ofrecieron para mediar entre la investigación y la práctica a campo, además de pedir financiación para poder seguir desarrollando espacios de práctica para su alumnado.
Finalmente, la gente de la Feria del Camino Real pidió que se busque la manera de graduar las exigencias a los productores de pequeños animales que no tienen manera de asumir los mismos requisitos que se solicitan a los grandes frigoríficos.
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

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