Por: Leonardo Rossi (De nuestra redacción)
Antecedentes
Quienes siguieron de cerca las elecciones municipales del año pasado seguramente no se sorprendieron ante la soltura de Zárate para hacerse cargo de la banca que dejó Picat. Fue durante ese proceso que este referente de la Juventud Radical marcó a las claras un rol protagónico. Más allá del orden lógico que lo ubicaba como primer reemplazo ante la renuncia de algún correligionario, Zárate ganó internamente ese lugar. El “potencial” de este joven es un comentario común dentro del espacio por el que peleó en las elecciones de 2015.
Aunque no recuerda con exactitud en qué momento tomó tanto gusto por la política, Zárate sabe que la cuestión lleva muchos años. “De una forma u otra siempre me fui vinculando”, asegura. No obstante tiene en claro que en el 2011, un año marcado por lo electoral, se embarcó de lleno en la militancia partidaria, “desde la Juventud Radical”.
Ya afiliado al partido, Zárate comenzó a dedicar más y más tiempo a su faceta política. La cuestión no fue algo circunstancial por ser parte de una campaña electoral. Por el contrario, empezó a formarse, a participar de diversos encuentros y buscar poco a poco completar su perfil para asentarse como dirigente.
“Me sirvió mucho ir a diversos encuentros de la juventud del partido, cruzarme con gente de otros lugares de la Provincia, intercambiar ideas, y sobre todo aprender de quienes ya tenían más experiencia”, rescata sobre esa formación no académica. Por otra parta sumó el cursado de la licenciatura en Ciencias Políticas, además de diversos cursos, seminarios y talleres en torno a la temática.
Otro rol
De preparar algunos proyectos para acercarlos a los ediles de su bloque, Zárate pasó de un momento a otro a tener que hacerse cargo por sí mismo de alcanzar acuerdos, debatir, reformular dentro del Concejo Deliberante si es que aspira a dejar una marca en el cuerpo legislativo. “Me venía preparando para esto, no sabía cuándo podía llegar, y fue antes de lo que esperaba”, comparte.
Desde ahora, la vida de este joven cambia. Ya no sólo tendrá que preocuparse por la organización de su partido, militar campañas y pensar espacios para renovar algunas estructuras de la política. En adelante tiene otra responsabilidad, la de un cargo público. Otra historia es en la que se adentra, donde buscará “potenciar el trabajo que venía haciendo desde afuera”, como militante raso.
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