Martín Altamirano siempre fue un “loco lindo”, de esos que andan por la vida tratando de transformar todo en un hecho artístico. Lo hizo en un tiempo cuando tenía una fabulosa banda de rock que se llamaba La 1930.
Después, viajó a Europa, se hizo chef, anduvo por los mejores restaurantes de Francia y España, aprendió un montón y volvió a los pagos para abrir la Torgnole grastonomique, cerca de la Estancia La Paz. Desde entonces, ha cocinado para importantes personalidades y ha ganado unos cuantos concursos.
En su adolescencia, Martín solía acodarse en la barra de Crimson para tomar algún trago, mientras esperaba que Gabriela Mira del otro lado de la barra se lo sirva. Por eso, al escucharla por la radio peleando contra el recorte que el Paicor dispuso para la escuela Coronel Pringles, le brotó de inmediato la iniciativa de ayudar. Y le habló por teléfono poniéndose a disposición y ofreciendo lo que mejor sabe hacer: cocinar.
La respuesta no se hizo esperar y surgió la idea de prepararles a los 130 alumnos un menú especial, pero usando los mismos ingrediente que usan todos los días. De esa combinación, surgió un menú que dejó a los chicos tremendamente felices.
Así, los chicos pudieron disfrutar de una sopa de cebolla con chocolate blanco de entrada y croutones, una quenelle de pollo con arroz y salsa financiere, y un cramble de manzana con helado de vainilla de postre. El único extra de este menú fue el helado que fue un regalo del chef para los chicos.
Altamirano preparó un menú gourmet que tuvo en cuenta las necesidades proteicas y de energía para que los alumnos continúen después con la jornada extendida.
“Es un plato que aprovecha -agregó el chef- todo lo que hay disponible en la cocina y lo reutiliza. Calculá que con seis kilos de pollo le dimos de comer a 130 alumnos, Insisto: seis kilos de pollo”. Además, al usar pollo, harina, huevo, y manteca se obtuvo un plato que ofreció hidratos de carbono y proteínas a pleno y con el arroz se sumó un plus de fibra.
“Lo que ahorrás podés usarlo para comprar no perecederos, cosas para guardar, que no se echen a perder. A medida de que vas haciendo la rueda de los costos, vas teniendo más productos y gastando menos. Normalmente, este plato hay que hacerlo con 19,90 pesos por chico, pero creo que lo hicimos con menos de esa plata”, concluyó el chef.
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