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La bandera de la UTN tiene color caroyense

Foto Gentileza Radio Comunicar
Agustín Griguol es el nuevo abanderado de esa casa de altos estudios.

“Siempre pienso en seguir estudiando, en no limitarme las fronteras. Es importante y necesario empujarse al saber.” El mensaje es claro. Agustín Griguol (22), joven caroyense, entiende que ése es el camino a seguir. Y en esa senda acaba de lograr un punto alto, que podría hacerlo entrar en cierta comodidad. Este estudiante de la Universidad Tecnológica Nacional (Córdoba) es el nuevo abanderado de esa casa de altos estudio, donde cursa el último año de Ingeniería en Sistemas de Información con un promedio de 9,33.

Recorrido
Conversar con este joven es un realizar un repaso permanente de una vida dedicada al estudio, desde el esfuerzo. “Recuerdo los primeros tiempos de la universidad, donde todo era nuevo, costaba, con la base de la escuela solamente no alcanzaba, y siempre buscaba saber un poco más”, relata. En ese ir siempre un paso más allá, Agustín comenzó a leer el cuadernillo del curso de ingreso a la UTN un mes antes. Nada lo dejó librado al azar. “Me acuerdo que evacuaba dudas con mi abuela que es farmacéutica”, comparte con sencillez acerca de esa perseverante y metódica forma de encarar su profesión.
“Al principio viajábamos todos los días bien temprano, arrancábamos a las seis, para volver a las tres de la tarde.” Esa práctica, a la que hubo que aclimatarse de golpe, se repitió durante largo tiempo hasta que los horarios de cursada fueron mutando. Agustín supo aprovechar cada oportunidad para no estancarse en etapas dentro de la carrera. “Siempre traté de ir rindiendo todo, no dejar nada pendiente”, remarca casi como una filosofía de vida.

Primeros pasos 
Foto Gentileza Radio Comunicar
El presente de Agustín Griguol, ya insertado en el mundo laboral para el que se forma en la universidad tiene un correlato local. Fue en la escuela General San Martín de Colonia Caroya donde dio sus primeros pasos educativos. Realizó allí toda la primaria, para luego cursar el secundario en el Presbítero José Bonoris. “Tenía promedio 9,04, y fui porta estandarte suplente allá por 2011, cuando egresé”, recuerda.
Esas bases de la escuela se entremezclaron a la perfección con el apoyo de su familia. Una y otra vez, Agustín pone el foco en su madre Silvia Carnelutti y su padre Alberto Griguol. También da un lugar destacado a su abuela farmacéutica Ana Silvia Ferreyra, quien como resalta el joven fue clave en la preparación para ingresar a la universidad. Sintetiza Agustín: “En todo esto que pude hacer fue muy importante mi familia, y Dios. A ellos les agradezco”.

Horizontes 
Con la reciente nominación como abanderado de la UTN, Agustín Griguol va por más. “Me gusta mucho la gestión de proyectos, es en lo que quiero trabajar, aunque también abordo la programación”, explica. En ese recorrido profesional, no duda un instante: “Seguro que después de la carrera de grado voy a seguir estudiando algún posgrado, perfeccionándome, aprendiendo siempre”. Su vocación no tiene matices, estudiar, capacitarse, mejorar están en su horizonte diario. “Esta carrera te pone en el desafío permanente de actualizarte, de incorporar conocimientos nuevos, y tengo claro que quiero ser un buen profesional”, concluye.
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

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