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El dique del Carapé genera dudas en Sierras Chicas

Vecinos de esa zona apuntan cuestiones sociales y ambientales que pueda generar la obra.

Por: Leonardo Rossi (De nuestra redacción)

Lo que puede ser un gran alivio para una zona genera dudas en otra. La construcción de un dique en el río Carapé anunciada por el gobierno provincial días atrás fue bien recibida por la dirigencia política y actores sociales de la zona baja (Jesús María, Sinsacate, Colonia Caroya, entre otros). No obstante, la obra será emplazada en cercanías de La Granja y es allí donde los vecinos temen por el impacto socio-ambiental del proyecto. “No se revisan las prácticas agrícolas ni se hace nada en los campos de la parte baja, y acá tenemos que resolver los problemas”, planteó Julio Ortega de la Mesa de Agua y Ambiente de La Granja (MAyA). Ciudadanos serranos se reunieron esta semana con Juan Pablo Toneatto, técnico de la Provincia, justamente para plantear sus observaciones a esta iniciativa.

Puntos y contrapuntos
El 4 de abril en Jesús María, el gobernador Juan Schiaretti realizaba el anuncio. La Provincia y la Nación financiarían una obra de más de 140 millones de pesos para reducir el impacto de las crecidas de ríos en la zona baja. La presa se ubicará sobre el río Carapé, al oeste de Ascochinga, afectando veinte hectáreas y almacenando un millones de litros cúbicos. Además, la obra tendrá 17 metros de altura y 104 de longitud, y afectará la ruta E66 que deberá ser relocalizada en un tramo. 
Toda esta información, los vecinos de la La Granja la conocieron a través de los medios de comunicación. “Nadie nos vino a informar ni consultar nada”, plantearon una y otra vez antes de comenzar el intercambio con Toneatto realizado el martes pasado en el hotel de esa localidad. 
“No sabemos bien cómo se va a hacer, qué estudios hay”, dijo Ricardo Chiavassa de la MAyA. “Esta zona es reserva natural desde el año pasado”; “¿Qué estudios de impacto ambiental se hicieron?”; “Primero debiera haberse realizado un estudio, una audiencia pública y luego el aviso de proyecto”; “¿Cómo van a solucionar la obstrucción del camino a La Cumbre”?; “Los pasos ya están muy afectados y ustedes van a entrar con maquinaria pesada, ¿cómo va a quedar todo ese recorrido?”. Hasta ahí sólo algunos de los planteos formulados por mujeres y hombres de la zona que se sucedieron durante el encuentro.

Imprevisiones
Juan Pablo Teoneatto representó a Recursos Hídricos de la Provincia. Con buena predisposición intentó evacuar varias de las dudas planteadas. Por ejemplo, aclaró que el dique será seco, “que sólo funcionará en época de crecidas para regular la salida del agua”. “No tendrá ninguna otra función; no almacenará agua en época de seca, ni será para generar energía eléctrica ni ningún otro uso”. También, explicó que el sitio de cierre de la presa elegido “tiene que ver con ser el lugar donde naturalmente mayor captación de agua se logra”. 
Respecto al impacto de la fauna y la flora de esa zona, Toneatto no tuvo respuestas concretas y reconoció que eran “planteos válidos, que muchas veces los ingenieros no tienen en cuenta”. Asimismo, exhibió dudas acerca del grado de afectación de la vía de comunicación vial que será intervenida por la obra. Varios vecinos plantearon la importancia de ese paso. Algo que quedó claro, no había sido tenido en cuenta por la Provincia. 

Círculo vicioso
Desde la MAyA de la Granja intentaron dejar una mirada más amplia de la problemática hídrica. Es decir, la construcción del dique del Carapé es una consecuencia más de la falta de ordenamiento territorial histórico y presente de toda la cuenca. “Seguimos haciendo obras acá, afectando los pocos sectores de bosque que quedan para mejorar la situación de la parte baja, cuando no se cambia el modelo agropecuario ni se hacen las obras necesarias en los campos ni se revisa el avance de la frontera urbana”, fue la reflexión de Julio Ortega, en uno de los momentos más vibrantes del encuentro. 
Una y otra vez, varios vecinos aclararon que no estaban en contra de realizar obras para regular el avance de los ríos. La cuestión a revisar es ver qué obras, dónde y cómo. Y a futuro quién se hará cargo de mantener esa infraestructura. Toneatto sostuvo que la Provincia será la responsable. Enseguida, una lista de obras a cargo del gobierno provincial en pésimo estado de conservación, como rutas, caminos, cauces de ríos y lagunas de retardo fue puesta sobre la mesa. El silencio se volvió a adueñar por un instante del encuentro.
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

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