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De Victorino a la Casa Rosada, el periplo del relojero Guillermo del Valle

Es relojero de alma, le gustan los relojes desde siempre, y el primero que colocó arriba de Victorino (que sigue dando la hora perfecto) lo animó a montar una empresa que se dedique a los relojes monumentales.

Aclaremos que Guillermo del Valle no tiene ni un bisabuelo, ni abuelo, ni tío, ni primo, ni pariente relojero. Su pasión por los relojes data de pequeño y se exacerbó en un viaje que hizo a Europa junto a su madre en el que pudo ver los más famosos y grandes del viejo mundo.
Pero hasta que hizo colocar el primer reloj monumental en nuestra zona, en la parte de arriba de Victorino, sólo había sido un coleccionista, un aficionado. Pero la colocación de ese reloj y la observación sobre la escasa incursión privada en el terreno de los relojes monumentales, lo llevó a pensar en montar una empresa. Y así lo hizo.
Del valle le puso a la empresa Gnomon, palabra que deriva del griego y que nada tiene que ver con duendes ni gnomos. El gnomon es la pieza que en los relojes de sol proyectaba sombra sobre una escala y permitía saber qué hora del día era.
Y con Gnomon, Guillermo del Valle ya reparó el reloj del Cabildo Histórico de Buenos Aires, puso uno nuevo en la Casa Rosada (allí estaba previsto el espacio, pero nunca había habido reloj), automatizó el campanario del santuario porteño de Nuestra Señora de Pompeya, y colocó y reparó relojes en Corrientes, Berrotarán, Freyre, Santa Rosa de Río Primero, Villa María, y recuperaron el reloj de dos caras que luce el Museo Emilio Caraffa, entre muchos otros trabajos.
“Me apasionan los relojes desde chico. Tengo varios relojes raros y estop fue una forma de hacer algo que me gusta. Armamos un equipo y logré involucrar a mi hijo en este proyecto. Hoy, nos están hablando de todos lados”, comenta Del valle sobre el comienzo de la empresa.
Ahora, ya tienen listo y exhibido un reloj monumental de 3,5 metros de altura que Gnomon le regaló a la Municipalidad de Jesús María para que ésta, a su vez, le regale a Presidencia de la Nación.
Aunque su apariencia es de un objeto antiguo cuenta con una máquina de precisión y un controlador interno con posicionamiento de hora satelital mediante GPS. Se trata de una pieza fabricada en fundición de aluminio con un diseño colonial que entregará el intendente Gabriel Frizza al presidente Mauricio Macri. La visita de Macri a Río Ceballos, el próximo 5 de abril, parece la oportunidad para mostrárselo.
Del valle no oculta su aspiracion de que Macri disponga que ese reloj ocupe algún espacio dentro de la Casa Rosada, pero por tratarse del obsequio que Jesús María le hace al país por el bicentenario de la independencia, aceptarán el espacio que decidan disponer para él.
“200 años es mucho tiempo y el tiempo de mide con relojes. Por eso, nos dijimos ‘qué bueno sería que empecemos a medir los siguientes 100 años con un reloj”, explicó Guillermo del Valle sobre esta iniciativa que aceptó la intendencia.
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

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