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Jornada para reflexionar sobre la inclusión y síndrome de down

El taller protegido Corazones Unidos propuso otra jornada para reflexionar sobre discapacidad e inclusión, dentro del marco del Día Mundial sobre el Síndrome de Down.

Menos mal que los avances de la ciencia médica han ido acompañando las discusiones sobre derechos de las ciencias sociales. Por eso, se celebra que ya no se hable de síndrome de down como una “enfermedad” ni tampoco como un “trastorno” sino de una condición genética. Se sabe que nos diferencia de una persona con síndrome de down un cromosoma y también se sabe que esa diferencia genera algunas dificultades adicionales a la salud general.
Y, desde hace algunos años, la fecha del 21 de marzo viene siendo utilizada por el Taller Protegido Corazones Unidos para debatir, reflexionar, e intercambiar opiniones sobre el síndrome de down en nuestra comunidad.
Las personas con síndrome de down representan la cuarta parte de todos los casos de retrasos mentales y ésa no es la excepción dentro del taller Corazones Unidos. Gabriela Sánchez, Natalia Diaz, Martín Rodríguez, Tomás Montes De Oca, Lucas Segundo. y Alfredo Massimino son los integrantes del taller con este síndrome.
En esta ocasión, las reflexiones comenzaron con la licenciada en psicología Sol Altamira, quien hizo sus primeras armas en su profesión en la época en que la discapacidad pasaba por el CID. Altamira hizo uso de un documental que se llama También somos mujeres en el que pone a las mujeres con síndrome de down frente al problema del empleo, de la violencia de género, y del abuso sexual, entre otros temas.  Sobre la problemática del empleo, quedó claro que el 70 por ciento de las mujeres con discapacidades mentales no trabajan y que en el mercado laboral hay menos oportunidades para ellas.
Antes que una disertación, la de Altamira fue una invitación a plantear interrogantes. ¿Hasta dónde más los podemos acompañar? ¿Qué más podemos hacer en los talleres protegidos?, sobre todo teniendo en cuenta lo importante que es para cualquier ser humano contar con un trabajo estable que lo haga a uno sentirse parte de la comunidad.
Después, vendría la exposición de la Dra. Ana Carolina Cragnolini, médica especializada en Neurología en el Hospital Privado, en Lausanne (Suiza), y en Lyon (Francia), además de trabajar en APADIM.
Cragnolini aportó una visión de derecho apuntando a que hay que aspirar a lograr que cada persona con síndrome de down llegue a tener la libertad de tomar sus propias decisiones.
Cragnolini reiteró la importancia de las terapias de estimulación porque suponen un cambio cualitativo en las expectativas de vida de la persona con el síndrome.
También recordó la importancia de abordar esta condición genética a través de la atención temprana y la estimulación precoz del sistema nervioso. Paralelamente, señaló que es deseable no solamente una adaptación curricular de los contenidos que deben aprender en la escuela sino que, además, esos aprendizajes deben intentarse en escuelas comunes con maestras integradoras o profesionales afines.
El objetivo: lograr que la persona con síndrome de down logre autonomía, independencia, trabajo, vida social, y bienestar. Para ello, es necesario reforzar el trabajo en red y potenciar todas las iniciativas de la persona con esa condición.
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

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