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Caminos del Vino: una fiesta en busca de identidad

La realización de la primera edición de esta fiesta abrió interrogantes de cara al futuro. La participación de la gente fue discreta, pero suficiente como para que se transforme en un espacio para compartir, conversar y ponerse al tanto del trabajo de los vitivinicultores.

La creación de la Fiesta Provincial Caminos del Vino podría equipararse a la parición de un hijo sietemesino: nació tan rápido que no dio tiempo a prepararse para los detalles.
Esto, más que un defecto, podría ser una virtud si el municipio trabaja de aquí en más sobre la identidad que tiene que tener hacia el futuro. Habrá que definir en qué fecha se hace, si es necesario que permanezca pegada a la época de la vendimia, si será un evento diurno o nocturno, si será sábado o domingo, y qué modalidad tendrá: gratuita o con entrada paga.
La primera edición, que se desdobló en dos fechas (jueves 10 y viernes 11 de marzo), sirvió para que se luzca la producción casera y artesanal el primer día y para que lo haga el sector industrial durante el segundo día y que tenía lugar al cierre de esta edición.
El lugar elegido para la presentación de los productores de vino artesanal, Chacra de Luna, fue excelente. Retirado de la zona urbana, pegado a los viñedos, al aire libre, y con música de fondo parecían más una degustación de fiambres y vinos que otra cosa.
La sorpresa fue la aparición de Mafalda, la matriarca de la familia Prosdócimo y abuela del dueño de casa, Federico Uanino. Con sus casi 85 años, Mafalda se acercó al intendente Gustavo Brandán para narrar algunas divertidísimas anécdotas, entre ellas, la que relata que el editor de este semanario no pudo afrontar la tarea de separar la materia prima durante una carneada.

Apechugarle al frío
El número exiguo de participantes de esta primera edición de la fiesta puede haber obedecido a varios factores, entre ellos, el desconocimiento sobre el caracter del encuentro, la falta de publicidad, y también el frío que acompañó la noche del pasado jueves, al que se sumó una levísima llovizna.
Sin embargo, no se movió nadie del evento que fue acompañado por una picada de fiambres aportados por Félix Barrera. La ocasión sirvió para testear entre el público los “caseritos” vinos de la Colonia.
Danilo Fantini, Jorge Silvestri, Sergio Londero, Miguel Patat, Javier Schiavoni, Elio Venturini, y Federico Uanino fueron los que aportaron vinos para degustación y explicaron brevemente el motivo, la fecha, y la razón para los nombres comerciales de sus productos. Pero también sirvió para degustar el primer vino gran reserva elaborado íntegramente en Colonia Caroya y con materia prima local: el Patente X. Y un blend elaborado por Terruño Córdoba con uvas que aportaron entre varios productores.
Fueron invitados todos los elaboradores de vino artesanal y los que no aportaron vinos no lo hicieron sencillamente porque no tenían como fue el caso de Ruben Pons y de Gerardo Panontini.
¿Y qué hubo para degustar? Vamos por parte. Uno de los más solicitados fue el Isabella blanco dulce Don Coco (Silvestri) y entre los blancos un chardonnay + sauvignon blanc 43a (Schiavoni) recibió buenas críticas. Schiavoni también aportó un malbec que no desentonó para nada.
Entre los tintos, el Riulat cabernet (Fantini), el Don Fabio merlot (Londero), y el Don Aurelio sangiovesse (Patat) salieron parejito y sirvieron para mostrar la evolución de los vinos artesanales. También fue el debut del vino Chacra de Luna (Uanino) un blend de varietales en los que intervino en enólogo Gabriel Campana, convertido en el referente número uno entre los elaboradores de vino casero y fuente permanente de consulta. Y también se presentó un tinto del emprendimiento Rosel de Elio Venturini.
Estamos hablando de vinos que tuvieron buena terminación en boca, escasa acidez y amargor, buen color, y algunos hasta con notas interesantes para nariz. Y siempre hablando de vinos con ciertas limitaciones tecnológicas tanto en la elaboración como en la guarda, lo que transforma los resultados en prometedores y superadores de la vitivinicultura de hace 15 años.

Que no falte el arte
Un video realizado por Santiago Lauret (hijo), el ameno acordeón de Juan Aseloni, unos cuadros de teatro de Fra Noi y un poco de música con la novísima banda Furlan di Doman fueron los condimentos artísticos en la primera noche de esta fiesta y un acierto porque generaron un clima ameno y entretenido entre el público presente.
Alrededor de la medianoche, un grupo importante de gente comenzó a dispersarse cuando el frío comenzaba a apretar más. El futuro de esta fiesta dependerá en mucho de la capacidad para generar encuentro. Los vinos locales harán el resto. La primera edición tuvo aceptación en el público.
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

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