Un enorme alboroto generó en la comunidad de Estación General Paz saber que un trabajo de su colegio secundario había obtenido la máxima distinción en la Feria Nacional de Ciencias que se llevó a cabo, recientemente, en la provincia de Misiones. Allí, el trabajo “¿Qué vida tiene tu tanque?” fue galardonado con el equivalente de la medalla de oro, la máxima distinción y que los habilita a presentar este trabajo en una feria internacional en 2016.
Los alumnos de sexto año, guiados en un trabajo interdisciplinario de ocho docentes, detectaron que muchos casos de gastroenteritis y dolencias estomacales que se atendían en el dispensario local estaban relacionados con la calidad del agua potable que consumían los vecinos.
Lo más importante que descubrieron es que la mala calidad del agua estaba relacionada con las deficientes condiciones de almacenamientos en los tanques domiciliarios, es decir, el agua perdía su potabilidad dentro de las casas, no era un problema de la red.
Así, por ejemplo, después de analizar 235 muestras domiciliarias con los mismos reactivos que utiliza el CEPROCOR se detectó que el 8 % de los domicilios tenía valores superiores a los aceptados para bacterias mesófilas, el 18% arrojó presencia de coliformes totales, y el 5% de las muestras contenían escherichia coli que indica la presencia de materia fecal en el agua.
Nicolás Lidon, uno de los alumnos que defendió el proyecto en Misiones, explicó los alcances del trabajo: “Básicamente, consistió en ver qué bacterias patógenas se encontraban en los tanques domiciliarios. Luego de haber analizado 235 tanques nos dimos con que ciertos porcentajes superaban los valores de bacterias mesófilas que nos indican que tenían falta de limpieza”.
Otra de las alumnas que defendió el trabajo, Karen Cuello, relató que con esos datos procedieron a realizar una campaña de concientización: “Les informamos (a los vecinos) sobre la importancia de higienizar sus tanques periódicamente, al menos dos veces al año, y le entregamos información sobre el estado en que habíamos encontrado su tanque”.
Un trabajo sostenido

Allí, decidieron encarar este trabajo, que arrancó en mayo de este año, con encuestas en todo el pueblo. ¿Qué descubrieron? Que en muchos domicilios ni siquiera tienen tapa en sus tanques, o que las tienen rotas, o cubiertas por media sombra o lonas. Como resulta evidente, permiten el paso de heces de aves, tierra y polvo en suspensión que terminan decantando en el fondo del tanque y contaminando el agua que se almacena.
“Es impresionante la cantidad de cosas que investigaron para este trabajo. De estas cosas no se olvidan más, sobre todo porque pudieron poner en práctica todo lo que vieron en la teoría”, explicó Moyano.
Fuente: La Voz del Interior
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