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Festival de Doma y Folklore: 50 años y 500 noches

El 16 de mayo se cumplen cinco décadas del acto fundacional que dio origen al evento solidario.

Por: Leonardo Rossi (De nuestra redacción)

Tras el merecido festejo de enero pasado, el festival podrá oficialmente decir este fin de semana que cumple 50 años. Fue el 16 de mayo 1965 cuando Enrique Jarbas Pereyra sugirió hacer un evento campero para recaudar fondos y destinarlos a la escuela Primer Teniente Morandini, a la que asistían sus hijos. Como homenaje, Primer Día propuso que cuatro referentes de diversos ámbitos compartan su mirada del Festival Nacional de Doma y Folclore. Hugo Baldo, Ana Rodríguez, Pedro Canalda y Marcelino Gatica repasan su vínculo con este sello jesusmariense que --hay consenso-- “atraviesa un gran momento”. El sábado al mediodía se haría el acto formal de celebración en la Sociedad Rural.

A los de ayer, hoy y siempre
Tras seis años como presidente de la comisión organizadora, Hugo Baldo dejará sus funciones en junio. Todavía está feliz con el balance de la edición 2015. “Estamos a pleno porque tuvimos un festival muy bueno”, comparte con un tono que denota satisfacción. Aclara que “quedó algún sabor amargo por el clima, que nos dejó casi con tres noches menos”. Pero, si se mira el vaso medio lleno “llegamos a meter quince mil personas más que el año anterior”, dice sobre esas más de 160.000 entradas cortadas.
“El festival ha pasado todas las pruebas”, apunta Baldo. El presidente de la comisión ejemplifica: “Uno siempre tiene miedo de algún fracaso, pero en toda su historia sólo un año no se ganó nada”. Pedro Canalda completa la idea: “En la práctica no es fácil alcanzar 50 años de un evento así. Si bien no debemos olvidar a los iniciadores, los que continuaron sembraron lo suficiente para alcanzar lo que se pretendía”. El autor de Memorabilia “Hacia los 50 años”, libro del festival cuyo primer tomo fue editado el año pasado, remarca que esta “institución se vale de una festividad que se convoca sólo en enero” y “en diez días se tiene que lograr el objetivo de todo un año”.
Aunque es parte de otra generación, la cantante Ana Rodríguez coincide en que el festival “siempre ha ido en crecimiento, avanzando”. Y al igual que Canalda y Baldo, llama a “valorar a todos los que trabajaron para que siga en pie”, que “hacen una preparación de todo el año para tener un festival representativo a nivel nacional e internacional”. “Como ciudadana da mucho orgullo”, resalta Rodríguez.

Aportar al fenómeno
Para el ex intendente Marcelino Gatica este acontecimiento “conjuga voluntariado, solidaridad, tradicionalismo y además genera un fuerte impacto social y económico para la región”. En ese sentido, su vínculo con el festival cuando estuvo a cargo de la intendencia entre 2003 y 2011 lo ha marcado. “Siempre busqué potenciar y reconocer el esfuerzo de cientos de voluntarios que desde hace 50 años han construido este fenómeno que distingue a Jesús María”, reflexiona. En esa búsqueda de ampliar el impacto social del evento, destaca haber apoyado a las escuelas que no son parte del Festival para que “también recibieran beneficios”.
“Como padre y colaborador de la escuela de mis hijos”, Gatica se enorgullece de haber podido cooperar desde su gestión en la obtención de recursos “para mejorar la infraestructura del anfiteatro”. La construcción nuevas tribunas, la parrilla vip, el nuevo escenario, los camarines para los jinetes y el sistema de alumbrado son algunas de esas obras gestionadas con Nación y Provincia que, entiende, han servido “para mejorar lo mucho que ya se había hecho durante tantos años”. 

Palabras sentidas
“A fin de junio me retiro, pero seguiré como colaborador”, dice Baldo sin ganas de despegarse de esa parte de su vida. En su caso, Ana Rodríguez agradece: “Siempre, desde hace doce años se me tuvo en cuenta. Espero seguir y que de a poco se abra a más artistas locales”. “Cada año sigo con expectativa, como esa primera vez que subí, cuando tenía doce años”, comparte la joven artista. “Este aniversario produce nostalgia, pero el llanto no es de tristeza sino por la alegría de haber llegado”, suelta Canalda. Y echa a andar esa frase que ya es un sentir colectivo: “Todos podemos decir ‘yo estuve en el festival’, y eso es un reconocimiento a cada ciudadano que aportó en este camino”.
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

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