Por: Moisés Cárdenas (Docente, vecino de La Granja)
A unos cuantos kilómetros de Jesús María y aun poco más de una hora de la ciudad de Córdoba, se ubica en las sierras chicas el poblado llamado la Granja donde habitan personas trabajadoras y amables.
Este lugar de las sierras chicas en los últimos días ha sido víctima de la naturaleza en donde ha azotado con mucha fuerza, dejando preocupaciones a los habitantes que necesitan viajar a Jesús María para continuar con su vida diaria como trabajo, trámites y otros asuntos; que día a día deben realizar.
Todos los habitantes preocupados por la situación, hacen un llamado a la municipalidad para que se tomen las medidas pertinentes para la solución del transporte que se destinará desde esta zona afectada hasta Jesús María por el paso de los Molles. Según informaciones se tiene previsto que los Molles sea el camino alternativo para que los ciudadanos se traslade a Jesús María, con el fin de no dar la semejante vuelta desde la Granja hasta Córdoba y de Córdoba a Jesús María. Pero, la voz de los vecinos es que se realicen trabajos efectivos en el rescate del paso de los Molles ya que debe ser de forma competente y con alto trabajo de ingeniería. Todos saben que el camino de los Molles es intransitable pues es de tierra y estrecho. Por lo tanto, al llegar otra lluvia torrencial quedaría incomunicado, como hay días de sol se cree que se aprovecharía para el mejoramiento del camino y el trabajo del mismo.
Se hace un llamado a las autoridades de la municipalidad de la Granja a que no olviden a este terruño y preste atención a todas las quejas y problemáticas que tienen los vecinos, además a seguir convocando asambleas de vecinos para que todos expongan sus problemas y entre todos se busquen soluciones positivas.
Al mismo tiempo se le pide a todas las municipalidades aledañas, a que ponga su ojo a la Granja y entre todos mostremos interés, por este lugar de la sierras chicas que ha aportado al crecimiento de la zona. Se convoca a que todos hagamos de este lugar un sitio de esperanza y amor, dejando que un algarrobo nos cobije con ternura.
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