En la reciente Fiesta Provincial del Teatro, la obra Atahona, que dirige y escribió Alejandro Romanutti, recibió el premio a la mejor dramaturgia, ratificando que se trata de un trabajo muy valorado entre colegas.
El premio animó al grupo de teatro caroyense a organizar la reposición de la obra durante todo abril en la Casa de la Historia y del Bicentenario. Las fechas previstas fueron el viernes 24 con función a las 22 y los domingos 12, 19, y 26 con función a las 20.30. Las entradas generales se previeron a $80 y a $60 para estudiantes y jubilados.
Para estas funciones se previeron algunos cambios, ajustes, propios de los intercambios que vienen manteniendo con el público donde pudieron medir qué tipo de repercusión tiene la obra.
Por iniciativa del Ejecutivo municipal, el Concejo Deliberante aprobó que la sala de teatro y de proyección de cine de la Casa de la Historia y del Bicentenario lleve por nombre “Fra Noi”. La ceremonia del descubrimiento de la placa tendrá lugar el último domingo de abril antes de comenzar la función.
“Es en memoria a toda la trayectoria del grupo desde sus inicios allá en el ‘83. Eso nos ha llenado de alegría y es un orgullo que un lugar lleve el nombre de la agrupación que uno tiene”, señaló Romanutti en conferencia de prensa.
“Una cosa es el guión dramatúrgico y otra muy distinta es llevar ese guión a escena. En este caso, era un guión que nació de ideas y de improvisaciones que trabajamos entre todos, pero después lo trabajé personalmente como autor”, añadió Romanutti.
Atahona se pensó como parte de una trilogía. Es que fue tanto el material que compilaron y tanto el material que quedó fuera que permite dividir la obra en tres tramos. Pero no está claro si el próximo desafío de Fra Noi será otra parte de esa trilogía o si se abocarán a otro proyecto nuevo. Es que la creatividad está a flor de piel en el grupo que disfruta de este presente, después de más de 30 años de trayectoria.
La obra tiene mucho texto, una escenografía mínima, y la puesta en escena demandó más de un año de trabajo. Es una de las pocas obras de Fra Noi que tiene un hilo conductor de principio a fin.
Hay que ir con las mandíbulas preparadas para un gran ejercicio porque promete risas a intervalos regulares. A no perdérsela, vale la pena disfrutarla.
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