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David Torre: “Estoy seguro de que se pueden hacer un montón de cosas para mitigar el impacto”

El ingeniero agrónomo, especialista en conservación de suelos, planteó la necesidad de mirar el proyecto positivamente apuntando a la necesidad de avanzar en su consecución.

Lejos de erigirse en “maestro ciruela” o de mostrarse con algún don de profecía sobre lo que el río nos iba a provocar si no se lograba demorarlo en su fuerza erosiva, David Torre, el profesional que diseñó el programa de ejecución de los microembalses o lagunas de retardo, se mostró cauto en sus declaraciones respecto del reciente temporal.
“No podemos poner pequeñas soluciones a grandes problemas. Esto se tiene que entender bien y permítanme dar un ejemplo. Si uno pensaba poner bolsas con arena para controlar un gran problema como es la erosión, en cualquier sector del río, ésa era una solución pequeña. Muchas soluciones pequeñas no son acumulativas en este tipo de problemas”, comenzó diciendo Torre.
Y añadió: “Si el área era muy grande y la solución también era muy grande, eso nos llevó a pensar que no ibamos a encontrar nunca la solución. Por eso, buscamos sectores donde pudiéramos trabajar. Siempre hablamos de cuencas, buscamos cuenquitas chicas y cerradas (que no tuviesen trasvasamiento de cuencas) que afecten en forma directa a trazados urbanos y en esas cuenquitas empezamos a trabajar y a ejecutar obras de regulación”.
Donde se hicieron obras, sumó Torre, el agua llegó más tarde y duró más tiempo pasando lo que demostraría que algún efecto de demora o de retardo en la cuenca funcionó con los microdiques.
El plan que Torre presentó a los municipios de Jesús María, Sinsacate, y a la Sociedad Rural tiene tres patas fuertes: arranca con un modelo de trabajo que supone el involucramiento de todos los actores públicos y privados, y se dibujó una hoja de ruta que muestra qué hacer, cómo hacerlo y cuándo hacerlo. La segunda pata es que es un plan de ordenamiento estricto, severo, no admite ni siquiera que haya un excedente de agua sobre un camino público o que afecte a un barrio o un área urbanizada. La tercera pata es que sea solidario, es decir, que quien quiera participar lo haga desde la sola vocación de prestar servicio, de hacer un bien. Ésa es la única garantía de que se pueda quitar el componente político (en el sentido de politiquería). Con algunos sectores, esta idea general se logró.
“Hemos cumplido hasta aho-ra. Vamos muy bien. Logramos involucrar a un montón de actores públicos y privados. Todo el grupo de trabajo y lo que hemos dibujado se hizo pensando en ser parte de la solución. No nos gusta ir a la provincia a decir que nos vengan a solucionar sino a decirles que tenemos la solución”, explicó Torre sobre el cometido sobre el que vienen trabajando.
“No hay que mentir. No se puede mentir. Tenemos que tomar las precauciones necesarias con la cuenca aguas abajo porque no se puede ser indiferente. No me puedo centrar en arreglar la problemática de Jesús María sin ser parte del problema que hay aguas abajo. Debo ser parte de una solución integral del problema. Podemos actuar localmente, pero con una visión global”, añadió el profesional.
“Estoy seguro de que se pueden hacer un montón de cosas para mitigar el impacto. Cada mañana leo sobre opinólogos que escriben sobre la catástrofe, pero no vi ninguno que se ponga en el lugar de la solución y no del problema”, finalizó.
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

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