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Agua Mansa, Las Vertientes y La Costanera tienen prioridad en la remediación de los daños

Son los tres barrios donde se vive realmente con el peligro de nuevos derrumbes de viviendas y donde la ribera se puso peligrosamente cerca de ellas. Todo el esfuerzo, en esta etapa, está allí.

En exactamente 15 días, dos aluviones que sumaron más de 500 milímetros de lluvia en pocas horas -y la mitad del milimetraje de todo un año “normal”- generaron caos, temor, y preocupación en toda la ciudad.
Particularmente, porque no se esperaba que la lluvia del martes 3 de marzo fuera superior a la del 15 de febrero pasado donde el mayor daño lo había hecho en La Cotita con la destrucción de algunas viviendas y de varios galpones.
Esta vez, el agua llegó peligrosamente al barrio La Costanera y a Las Vertientes (donde se cayó una vivienda y otras tres quedaron inhabitables), profundizó el daño que ya había hecho en Agua Mansa, con el agravante de que destruyó dos viviendas más allí, y le perdonó la vida a una hilera de casas de Quintas de Santa Elena que están sin moradores desde la creciente pasada porque se autoevacuaron.
Lo peor de todo es que el agua del pasado martes se llevó todo el esfuerzo que había hecho el municipio arrojando piedras de gran volumen, tierra, y añosos árboles en aquellos lugares donde la erosión había sido cruel. En dos horas, todo lo que se intentó utilizar como defensa desapareció aguas abajo.
En Las Vertientes, el agua hizo desaparecer la calle Cerro Aconcagua y el único acceso hoy al barrio se realiza por la parte interior de un loteo sobre el que viene trabajando la familia Zerboni.

Reclamo vecinal
Uno de los momentos más tristes se vivió al día siguiente cuando familias de barrio Agua Mansa se autoconvocaron en el edificio municipal para formular una petición a las autoridades.
“Ustedes hicieron lo posible, pero eso no resultó. Tiene que haber soluciones para los que tienen problemas ya. Por ejemplo, para los que tienen que alquilar y ver la posibilidad de que la provincia ponga el dinero para hacer una nueva casa”, señaló el vecino Luis Pons Varela. Y añadió: “Era la única vivienda que íbamos a tener nosotros los gendarmes. Todos nuestros sueños están en ese barrio y lo perdemos todo porque no tenemos otra opción. Muchos están retirados y no tienen un sueldazo, no tenemos a nadie que nos banque. O sea que perdimos todos nuestros sueños, nuestras ilusiones. Algo nos tienen que solucionar y también para el resto porque así como cayó la primera cuadra, va a caer la segunda, la tercera y así como desapareció la estancia Agua Mansa va a desaparecer el barrio Agua Mansa y toda la ilusión de esta gente”.
Igual de impactante resultó el testimonio del comandante principal (R) Francisco González al relatar lo que sucedió el día en que vio su casa irse al agua sin remedio: “Sinceramente no pensé que iba a pasar esto –creo que nadie lo pensó- ese día armé unas cositas como para salir por el momento, pero no pensé que se iba a llevar mi casa el agua y se la llevó así como estaba. Siento importencia. Me voy a ir de ese terreno porque es irrecuperable, ya no tiene solución”.

Manos a la obra
Desde el municipio ya se dio intervención a la empresa Cadamuro para que rencauce el río en Agua Mansa, se comprometieron defensas para cuando baje el agua, y se prometió pago de alquileres para todos los damnificados.
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

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