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A ustedes, tan comprensivas

Este domingo es el Día Internacional de la Mujer y en nuestra zona todo lo que se había preparado como homenaje fue suspendido a raíz del trágico temporal.

Mujeres que han perdido todo o que están a punto de perderlo sino se hacen obras de fondo y duraderas. Y, sin embargo, en la angustia tienen la enorme entereza de ver lo positivo, de ver lo que de humano tiene una tragedia, de ver en el otro a alquien con futuro.
Y en esa enumeración de entereza, vaya el reconocimiento de este editor, por ejemplo, para Tere Bustamante que tuvo la sensibilidad para escribir unas palabras en medio de la mudanza porque, por un tiempo, no podrá volver a su casa. “Les agradezco por su palabra de aliento, su abrazo, sus mensajes, sus llamados pudiendo tocar este corazón casi quebrado. Nos ponemos de pie, trabajando juntos los vecinos para buscar una protección a nuestros hogares. Miren este puñado de jóvenes generosos, solidarios. Ellos son los que se preparan para guiar los pasos de la patria: abiertos, inteligentes, desinteresados, amplios de pensamiento y corazón”, señala junto a un puñado de fotos que muestran la ayuda recibida.
O las de Silvana Giraudo, que perdió su casa, y que en medio de tanta tristeza por la pérdida de su vivienda -y reconfortada por saber a su familia a salvo- sólo tuvo palabras de agradeciemiento para Bomberos de Jesús María, Defensa Civil, policía y, sobre todo y por sobre todo, agradecimiento por la inmensa solidaridad de la gente de nuestra ciudad que sin tener afectados sus bienes, se acercaron a ayudar a otros que tienen sus viviendas en barrio Las Vertientes, según hizo saber por las redes sociales su cuñada Maeli.
Ni hablar del ejemplo de Katy Bainotti, otra damnificada, que le señaló al diario La Voz del Interior: “De alguna manera volveremos a empezar. Lo importante es que estemos bien. Con esta situación sensible que vivimos acá con Mariana Di Marco, uno pone en la balanza que lo que te queda es lo que vale la pena. Todo lo demás, así como fue, en algún momento va a volver”.
O el ofrecimiento de Lucha Anselmo que en medio de la tristeza se acordó que otros podrían necesitar ayuda y posteó: “No puedo parar de llorar... no sé que hacer, no sé en que puedo ayudar... si alguna de las familias que necesite un lugar por favor venga mi casa... es pequeña... pero estoy a disposición...”.
La lista podría multiplicarse hasta el infinito de mujeres que ante la tragedia se arremangaron, se aparecieron por los centros de evacuados a preguntar en qué podían ayudar, a los que compartían información en las redes sociales para tranquilizar a la gente que temía por sus viviendas, a los que acercaron víveres, agua, remedios, frazadas, vestimenta, alimentos. La mayoría de ellas en forma anónima, sin ningún interés más que ponerse al servicio de los demás. No es casualidad que sean ustedes las que alumbren, alumbran hijos y también esperanzas. De todo corazón, que pasen un hermoso día.
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

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