En una de esas nació de la tozudez: de haber escuchado incansablemente que no se podía hacer, que no daban las viñas, ni los establecimientos elaboradores, ni la pericia del productor ni la del enólogo. Todos esos “no” parieron a un grupo de vecinos de nuestra región que se propusieron cambiarlo por un rotundo sí.
Y como sabían que eso no se podía lograr de la noche a la mañana, lo vinieron madurando desde 2012 cuando decidieron hacer un vino de alta gama, un gran reserva, un bivarietal cabernet-merlot, estacionado en barricas de roble francés nuevas. De modo que cada uno de ellos separó una porción de sus ganancias, las invirtió en este proyecto y decidió esperarlo tres años para poder presentarlo en público.
Claro, no se podría haber hecho sino se tratase de dos productores de vino artesanal con una enorme experiencia y mucho conocimiento sobre vinos, como Danilo Fantini y Jorge “Coco” Silvestri. Tampoco se hubiese podido hacer si no hubiesen contado con el asesoramiento en bodega del extraordinario enólogo Gabriel Campana. Ni mucho menos se hubiese podido hacer si no contaban con la pericia e idoneidad de la ingeniera agrónoma Daniela Mansilla para los trabajos en la viña. Valen unos renglones también para Federico Uanino que fue partícipe del momento fundacional del proyecto y que, abocado a un emprendimiento personal, decidió apartarse para no demorar el proyecto.
Antes de que las patentes de los automóviles fuesen esa insulsa combinación de letras y números actual, los cordobeses nos sentíamos orgullosos de andar por las rutas del país y que nos reconocieran por la “X” de nuestra patente.

“Todavía hay gente de nuestra zona que duda respecto de que podemos hacer buenos vinos. Nuestra idea como jóvenes que estamos en el sector era demostrar que sí podíamos hacerlo. Si se pueden en otros lugares del mundo que son similares que el nuestro por qué no vamos a poder nosotros. Es cierto que hacía falta tecnología e inversión, pero pudimos hacerlo en pequeña escala”, explicó Mansilla sobre el proyecto.
Y añadió Fantini: “La categoría de Gran Reserva que este vino tiene viene dada por la capacidad de haberlo esperado más de dos años, hecho nos pone a la altura de cualquier otro vino porque no son muchos los que logran atravesar ese proceso. Ojalá que el tiempo demuestre que este vino es comparable con otros de marcas reconocidas porque las opiniones de entendidos lo han puesto a la altura de muchos que conocemos”.
Patente X sale al mercado con una edición limitada de 1000 botellas y con la expectativa de lograr un número idéntico, pero con la cosecha 2013 y que saldrá al público en 2016. La aspiración es, en el futuro, hacer cosas nuevas como un vino espumante, un vino blanco, u otro tipo de vinos como podrían ser los clásicos, los reserva, los rosados. Pero antes de eso, necesitaban sacarse la espina de lograr un vino de alta gama y derribar aquella mitología del no se puede de la que hablábamos al comenzar esta nota.

Por el momento, la venta de Patente X se hace personalmente a través de cualquiera de los cuatro integrantes del grupo y también receptarán pedidos a través de la página de Facebook www.facebook.com/vinopatentex. El precio de venta al público es de $ 150 la botella.
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