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Los 50 años de festival, entre la emotividad y un inicio contrariado

Foto: Santiago Montenegro (0351) 15238818
La jornada inaugural se vio empañada por un desperfecto eléctrico de más de dos horas.

La ansiada presentación de la edición 50 del Festival Nacional de Doma y Folclore dejó un sabor amargo. Tras una hora de espectáculo, en la que no faltaron exhibiciones de danza, destrezas gauchas, videos recordatorios de las ediciones anteriores, un extenso corte de electricidad empañó la jornada. Para entonces ya había sonado el tradicional clarín que da inicio a las noches festivaleras, Jairo había entonado el himno, y la virgen había sido ubicada dentro del campo. A continuación, las delegaciones ingresaron al campo de jineteada en penumbras, mientras en cercanías del escenario, donde según la información oficial “se fundió un cable”, trabajaban sin cesar.
Un ocho de enero, cincuenta años después, volvía a iniciarse el festival. Tal como ocurrió en 1966. Desde la tarde se sentía el clima festivo. Largas colas en los alrededores del estadio anticipaban una gran noche. Miles de personas exhibían sus carteles que referenciaban el punto del país desde el que habían llegado. Toda esa energía empezó a acomodarse a las 21.10 cuando aparecieron sobre el escenario los presentadores. Por las puertas continuaba el ingreso de público. Más de ocho mil asistentes colmaron el anfiteatro.  

Danza y recuerdo
Foto: Santiago Montenegro (0351) 15238818
El primer estallido desde las gradas llegó con el sonar del clarín, y la arenga de Mario Ezcurdia con el “buenas noches patria”. Acto seguido, la atención se trasladó al campo en donde largaba su muestra la Compañía Argentina de Danzas Sentires. Cientos de pequeñas y pequeños con guardapolvo escolar se acomodaron sobre el césped. Desde los laterales se acercaban también en forma masiva bailarinas, por un lado, y bailarines, por otro, cargando sus bombos. Los más chicos dejaron sus guardapolvos a un costado para exhibir su ropa gaucha y sumarse a la muestra de danzas.
Entre medio de las piezas de baile hubo lugar para que el público disfrutara de destrezas gauchas y mansedumbre. Desde las pantallas gigantes un video acompañaba la exhibición. Podían verse instantáneas de festivales anteriores con escenarios más austeros y un campo de jineteada menos imponente. La presencia de una joven Soledad o grandes momentos de Horacio Guarany fueron otras de las imágenes que conformaron el clip.
Luego de un poco más de treinta minutos de espectáculo hizo ingresó la patrona del festival. La virgen de Luján fue recibida por una “calle” que formaron los bailarines y bailarinas, que iban poniéndose rodilla al suelo con el paso de la figura religiosa. Luego fue el turno de los abanderados de las escuelas de la zona, que dieron un rodeo entre medio de los bailarines.

Lo inesperado
A las 21:48, el artista principal de la noche subía al escenario para entonar el himno nacional. Jairo, acompañado en piano por la reconocida Elvira Ceballos, puso su voz para la canción patria con el coro de todo el público, que a esa hora ya llenaba el estadio. Las banderas argentinas en las pantallas gigantes sumaban al momento de emoción.
Otra vez el centro de atención fue el campo de jineteada. Desde allí, el presidente de la comisión del festival, Hugo Baldo, tomó la palabra. “Este es un momento de reencuentro”, expresó el hombre que recordó “a los pioneros que ya no están” presentes, pero que “sin duda desde una estrella están”. “Este es un gran eco de argentinidad y solidaridad”, definió Baldo frente a las ovaciones del público que se sucedieron con el correr de la presentación. Finalmente dijo: “¡Bienvenidos a todos!”. Y dejó formalmente inaugurado el festival.
Entonces comenzó el clásico show de fuegos artificiales, más impactante que nunca. Un nuevo video atrapaba las miradas. En las imágenes se homenajeaba a figuras como Argentino Luna, Mercedes Sosa, Domingo Cura, Eduardo Falú, y Alfredo Zitarrosa, entre otros. En medio de ese recorrido comenzó al desperfecto técnico que afectó las pantallas y el sonido del escenario. En los intentos de reparación apagaron las luces del campo, donde las delegaciones ingresaron en penumbras.
Recién, a las 12.48 regresó la electricidad al escenario para que pueda continuar la fiesta. Los canales de televisión ya habían levantado hacía rato las transmisiones. Varios números y jineteadas fueron reprogramados. La presentación de las bodas de oro no fue la esperada. Pero  un año más del Festival Nacional Doma y Folclore puso primera para hacer historia.
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

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