Es una pena que un periodista no pueda cronicar el estreno de una obra de teatro con un rotundo ‘me maté de risa casi todo el tiempo y (si el tiempo existió) se pasó volando’. Porque es lo que habría que decir en el primer párrafo, antes de la descripción de rigor sobre la precisa escenografía (a veces poco es suficiente y a veces justo es lo necesario) del curioso vestuario (diferentes épocas, modas, estilos, y clases sociales).
Pero hay que volver sobre los pasos para decir que estamos hablando de Atahona, la última puesta en escena de Fra Noi y la primera en la que estampa su firma como dramaturgo Alejandro ‘Ninín’ Romanutti.
Primero, El Instituto Nacional del Teatro le dio el tercer premio en el Concurso Nacional de Obras de Teatro 2013 -Dramaturgia Regional- que implicaba la publicación de la obra en un libro. Y después recibió el premio a la creación y producción teatral, convocatoria a las artes escénicas 2014, de la Agencia Córdoba Cultura. El dinero de ese premio sirvió para montar la caja negra, con cortinados y piso de goma.
Atahona, además de referir al paraje geográfico cercano, es una voz árabe que quiere decir molino. Y es una obra de teatro que forma parte de una trilogía que piensa abordar Fra Noi. Atahona es la tercera parte de esa trilogía.
Lo mejor de todo es que las ‘experimentadas’ actrices del grupo -Mónica Zaya, Nilda Fantini, Marilina Giorgis- son las que promueven los intercambios con los más jóvenes dentro de la compañía -Ceci Migotti, Pablo Bournot, Lauri Migotti y Celeste Petrello- lo mismo que Cocó Audi en el papel del intendente de ese ficticio lugar. Con Atahona, Fra Noi se asegura una larga temporada de aplausos y de risas abundantes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario