De los que menos tienen a los que tienen menos que ellos. Así es como suelen obrar los milagros navideños, esos que nos incitan a seguir creyendo en otros pares, en otros iguales, en otras personas de carne y hueso.
Y lo que parece sencillo entraña, por el contrario, una enorme dosis de humanidad. Todo comenzó cuando La Casa de Matías fue anoticiada por parte de la empresa Arcor de que habían sido acreedores de budines y de pan dulce. Paralelamente, como se encuentran en una base de datos que maneja el multimedio SRT recibieron por esa vía otros elementos de la canasta navideña. En total, alrededor de 1000 budines, turrones, y panes dulces.
Como la cantidad de niños que concurren a la casa es muy inferior al total de lo recaudado, se decidió “compartir” los excedentes con los vecinos de barrio La Costanera y de otros barrios carecientes de la ciudad. En total, se pudieron armar 400 bolsones con dos pan dulce, cuatro budines, una torta de maní y dos turrones. El armado de los bolsones corrió por cuenta de los chicos que concurren a la casa y fueron distribuidos durante la víspera de navidad.
“Fueron cuatro tarimas completas con alimentos de la canasta navideña que se nos hizo difícil retirar, pero el director de (la escuela de suboficiales de) Gendarmería puso a disposición un camión y su gente para la carga y descarga de los productos. Estuvimos hasta las 11 de la noche del 23 acomodando todo y armando los bolsones”, le narró Roxana Rodríguez a los periodistas del programa Hay Equipo de Radio Jesús María.
El reparto se hizo entre los papás y abuelos del barrio desde antes del mediodía de 24 y hasta la tarde.
“A veces digo que recibo más que lo que doy. Ha sido un año maravilloso el de los 20 años de La Casa de Matías. Tengo una abanderada, la de la escuela Estrada, alumnos con diploma de honor en el colegio Sarmiento. Me han dado muchísimas satisfacciones los chicos así que estoy muy feliz”, completó la presidenta de la Fundación La Casa de Matías.
Otros milagros de navidad
Tan curioso como el gesto de Roxana Rodríguez fue el que tuvo “Panchi” Capellino que decidió pedirles a los invitados a su cumpleaños número 50 una donación de leche en polvo.
“Me parecía que ya que había tantos invitados (unas 100 personas) y son muchos los amigos que he ido cosechando en estos 50 años, (…) podía pedirlo. A mí no me hacen falta los regalos. Hay tanta gente que necesita tantas cosas. Ahí le avisamos a cada uno que disponía de un pesito para hacer un regalo que lo destinara a la compra de leche en polvo para destinarlo a una institución que (todavía) no sabe que le vamos a llevar ese material. El objetivo era ayudar sin que nadie sepa”, le narró a Radio Jesús María.
Así, logró juntar 100 kg de leche en polvo, uno de los alimentos más caros del consumo cotidiano en los comedores infantiles. Capellino, ingeniero agrónomo de una pequeña empresa de servicios agrícolas, estimó que esta cifra alcanzará para dos semanas.
Finalmente, el grupo Manos Solidarias, organización sin fines de lucro, alcanzó su objetivo de llevar ayuda al Paraje 49 de la provincia de Santiago del Estero (cerca de Ojo de Agua) donde viven 70 familias con deficiencia de agua potable.
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