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Un estudio de la UNC recomienda limitar el avance urbano en la zona de Candonga

El informe del ISEA pone énfasis en proteger el bosque y la toma de agua que abastece los poblados cercanos.

Por: Leonardo Rossi (De nuestra redacción)

“Se recomienda la preservación de toda la zona circundante a la obra de captación en el vado de Candonga” y no se sugiere “la urbanización de manera absoluta, hasta tanto se realicen las investigaciones del caso”, señala un reciente informe del Instituto Superior de Estudios Ambientales (ISEA) de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). La investigación propone realizar un reordenamiento para reducir el impacto de un proyecto urbanístico en inmediaciones de la Capilla de Candonga, y suma un nuevo capítulo al reclamo de los vecinos de Sierras Chicas para que se frene este emprendimiento.
El estudio fue realizado a pedido de la Asamblea de Vecinos del Chavascate quienes a partir del avance inmobiliario temen ver resentido el abastecimiento y calidad del agua en la región, que incluye al río Carnero. El proyecto cuestionado por vecinos de Agua de Oro, Cerro Azul y El Manzano corresponde a la firma Ticupil, que tiene aprobación de la Provincia para desarrollar su emprendimiento, y también cuenta con el aval de una medida judicial tomada por el juez José Sartori de los tribunales de Jesús María.
El informe del ISEA, encabezado por la ingeniera agrónoma Alicia Barchuk, advierte que “el acceso de la población al agua puede comprometerse severamente si no se restringe la deforestación y la urbanización descontrolada”. Según los datos recabados “la deforestación de toda la cuenca alcanza una tasa anual del 0,5 por ciento, mientras que el incremento de uso urbano-agrícola, un 2 por ciento anual”, un “valor altamente significativo”.
El proyecto de Ticupil fue localizado en una zona roja, es decir de alto valor de conservación del bosque nativo, que no debiera ser intervenida, según determina la ley provincial 9.814. Esta contradicción con la norma no fue tenida en cuenta por la Secretaría de Ambiente provincial a la hora de aprobar la propuesta. La decisión gubernamental fue cuestionada por la asamblea de vecinos que denunció penalmente al ex titular de esa cartera Raúl Costa.

Cuidar el bosque
Los 300 lotes que ofrece Ticupil desde hace unos años, en el marco de una “villa serrana”, con canchas de fútbol, tenis, bochas, y otras varias comodidades, debieran ser reordenados o reformulados. El estudio del ISEA sugiere “un rediseño del emprendimiento”, y apunta a que se oferten “menos lotes sobre una zona que tendría áreas de alto valor de protección, Roja o Categoría I”.
“La factibilidad de cambio de uso del suelo depende de la decisión de recuperar 50, 100 o 250 metros de bordes de bosques nativos. La reducción del emprendimiento implicaría plantear un rediseño con los parches bosque existentes y su recuperación, además de la problemática de la recarga y cercanía a la toma de agua.” En la zona de Ticupil, señalan los investigadores de la UNC, “considerando el área ya afectada por calles, el 25 por ciento es zona roja, el 50 por ciento es zona amarilla y el 25 por ciento restante se puede hacer cambio de uso del suelo”.

Agua para quién
El principal punto de conflicto es la toma de agua que abastece a las poblaciones de Agua de Oro, Cerro Azul y El Manzano, que se encuentra dentro del predio de Ticupil. El informe recupera datos de estudios anteriores: “La captación produce 175.000 litros por hora, esto es 4.200.000 litros por día, menos 38 a 40 por ciento de pérdidas en el sistema de conducción”. “Si cada habitante consumiera 200 litros por día, la captación de Candonga podría abastecer 8.000 habitantes” pero aunque “la población actual estable, suministrada de agua potable, es de 3584 habitantes”, debe tenerse en cuenta el flujo turístico de la zona. Tampoco debe olvidarse, remarca el ISEA, el antecedente de “la sequía de 2009 – 2010” que habría dejado a buena parte de la población sin servicio de agua potable.
Ante este cuadro, que tiene en cuenta no sólo el volumen de agua que puede suministrarse con esa toma sino también la posible contaminación que implica urbanizar sus alrededores, el ISEA concluye que “es esencial que mediante un ordenamiento territorial se limite el avance de la frontera urbana hacia las zonas proveedoras de agua, que se tenga en cuenta que es una cuenca pequeña que está mostrando deterioro”.
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

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