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El puente Centenario, listo recién para enero

Una serie de demoras en la obra civil, más los retrasos que pueden generar las lluvias comprometen la entrega de la obra antes de fin de año.

En la ejecución de obras de la magnitud que tendrá el nuevo puente Centenario hay imponderables, tiempos que no se pueden acortar, plazos de espera que son inevitables. El más importante de ellos es, seguramente, el momento del fraguado del hormigón que se viene utilizando en la ejecución de los pilotes donde asentará la estructura de hierro. Y también el fraguado del hormigón que llevará el puente después de que se instale toda la estructura metálica. Cada uno de esos momentos, demanda cuando menos 20 días y contra ese ritmo, nada puede hacerse. Esta semana, sin ir más lejos, estaba previsto que se rellenen los pilotes que van sobre la margen oeste del río y se calcula que recién para después del 20 de noviembre se podría asentar algo encima.
De hecho, esta semana, referentes de la empresa Imbal que fue la encargada de la construcción de la estructura metálica confirmó que el plazo que ellos estiman en que podrán dejar montada la estructura es el 5 de diciembre, si no media ningún contratiempo.
Después de eso, vendrá la colocación de la carpeta de hormigón y habrá que esperar otros 20 días por su fraguado, lo que nos lleva a Navidad y los contratiempos que suponen las fiestas de fin de año por el descanso al que están obligados las empresas.
De hecho, responsables de capatacía de la empresa Romero Camissa que es la encargada de la parte civil de la obra refunfuñaban sobre la inconveniencia de haber comenzado la obra en una época que, en general, no es aconsejable para el inicio de obras que atraviesan ríos o cursos de agua.
Una enorme mole
La curiosidad de esta semana fue, sin dudas, el traslado de los laterales y del resto de los materiales del futuro puente. En tres viajes, la empresa Imbal tuvo que repartir alrededor de 90 toneladas de hierro que es el que terminará ocupando la nueva estructura. Los dos laterales que llevan la pasarela de 1,40, por ejemplo, pesaban 13 toneladas cada uno, mientras que los laterales simples tenían un peso de 9 toneladas cada uno.
Para poder descargar el material operaron dos enormes grúas en un trabajo de sincronización pocas veces visto. Esas mismas grúas, en el momento del montaje, trabajarán una de cada lado del río y desde sus posiciones ayudarán al emsamblaje entre cemento y hierro.
El movimiento generó curiosidad en muchos vecinos que se fueron acercando hasta el lugar para ver los procedimientos de descarga del material y la operación de las grúas.
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

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