Cuando al año en curso le restan algunos meses, la comuna se siente satisfecha por haber podido concretar casi el 95 de las obras que había previsto para este ejercicio, incluyendo algunas que no estaban dentro de los cálculos oficiales.
Sin ir más lejos, tuvieron que realizar una nueva perforación para dotar de agua a la comunidad y esa mejora se afrontó con recursos propios. No obstante ello, se pudieron terminar obras que estaban programadas como la iluminación de la avenida de acceso Ramon Baustista Mestre, que incluyó la colocación de un monolito que delimita dónde nace la localidad y en la que trabajaron en conjunto con el municipio de Caroya.
Por otra parte, ya está en uso la mitad del adoquinado que se colocó alrededor de la plaza principal y se aguarda que le empresa Blangino vuelva a tener stock para retirar la mitad que falta.
“Estamos satisfechos con lo que hicimos porque no sólo alcanzaron nuestros recursos sino que pudimos diferir algunos pagos a través de la toma de créditos del fondo de recupero de coparticipación y de la Tasa Vial. Eran fondos que estaban disponibles, pero que había que gestionar”, señaló Gustavo Ripeloni.
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