El Partido Justicialista de Jesús María se viene anticipando a las elecciones de 2015 y tiene, cuando menos, cuatro opciones en su menú. Entre las sorpresas, quizás la más notoria sea la de Mario Bosco que sumó sus intenciones en su momento a las de Martín Llaryora en las internas del PJ provincial y cuya esposa, Adriana Seculini, se encuentra entre las dirigentes que se cargó al hombro el partido cuando a la mayoría les parecía residuo tóxico. Menos sorpresivo fue el pronunciamiento de César “Pato” Monte, quien ya intentó quedarse con la candidatura en las pasadas elecciones, pero no tuvo el acompañamiento de los altos dirigentes provinciales. Y aunque él mismo había dicho que ocuparía su tiempo de jubilación a cosas más provechosas, Lucas Torres se declaró soldado en caso de que el partido lo necesite y haya acuerdo para que así sea.
La cuarta opción del PJ local, en realidad, es un grupo de trabajo en el que están Néstor Kepcija, Carlos Baldo, Nacho Reyna, y Roberto Zaya, entre otros, y que pugnan para que haya una interna a todo o nada. El que gana se queda con todo y el que pierde se queda en su casa.
En el radicalismo, la puja interna es para ofrecer respaldo unánime a la posible candidatura de Luis Picat a quien vienen acompañando dirigentes antiguos y nuevos, pero también personas con escaso vínculo político y partidario que le ayudan a diagramar una eventual agenda programática. Picat viene dialogando también con algunos sectores independientes y con nuevos partidos políticos, de modo de armar también un frente electoral.
Todo eso, aceleró las declaraciones esta semana sobre quienes seguirán acompañando a Gabriel Frizza para su reelección en 2015. Ya ni hace falta que lo diga, todo el entorno sabe que Frizza aspira a repetir y tiene consenso entre los suyos para hacerlo.
Por lo pronto, se aseguró de que le hagan pulgar arriba el PRO, el Partido Socialista, y la Coalición Cívica. Esas tres fuerzas ya confirmaron que serán aliados del oficialismo en las elecciones 2015. Falta el pronunciamiento de Movimiento de Participación Regional que, más allá de las afinidades con el kirchnerismo, no está claro si intentará sumarse a La Jauretche o si permanecerá junto al actual frente partidario que gobierna la ciudad.
En carácter de fotografía del hoy, el armado parecería favorecer la posición del oficialismo que marcharía a la elección sin tener que desangrarse en una interna, sin dejar heridos, y con el plus que significa estar gobernando y tener un índice de aceptación bueno en el electorado.
Ojalá que la elección no opaque el enfoque que debieran tener los dirigentes sobre los temas de la agenda que siguen pendientes de resolución, más allá de lo que digan las encuestas.
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