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Fotos: gentileza César Gerardi. |
Por: Leonardo Rossi (De nuestra redacción)
El hombre pone entre sus manos el libro de su autoría. Muestra una foto. Apunta con el dedo. “Ahí estoy, cuando fuimos a visitar a (Arturo) Illia”. El protagonista de esta escena es Pedro Canalda (72), quien acaba de publicar Memorabilia “Hacia los 50 años”, un imprescindible material para quien quiera conocer a fondo los orígenes del Festival Nacional de Doma y Folclore.
En este primer tomo (serán cuatro en total) de 408 páginas, Canalda pone la lupa sobre las primeras ediciones del festival, y los momentos previos a ese encuentro que con el paso de los años se convertiría en un sello distintivo de la ciudad. El período abordado va desde 1965 a 1968. “Hablo de los actores esenciales, como el hombre y el caballo; de las familias que intervinieron en esos primeros festivales; de los personajes de entonces”, relata sentado en un sillón del living de su casa, rodeado de libros y fotos cargadas de infinitas historias.
Canalda opta por hacer una cronología. Ordena algunos puntos salientes que se pueden encontrar en el libro. Primero explica que Enrique Jarbas Pereyra, un gendarme, había visto muchos festivales y sugirió hacer algo similar para juntar fondos para la escuela a la que sus hijos asistían, Primer Teniente Morandini. “Eso fue el 16 de mayo del ‘65, y el 19 se hizo una reunión formal y se decidió hacerlo. Para el 27 de ese mes se hizo la primera asamblea.” Días más tarde, Jarbas Pereyra se alejaría de ese grupo impulsor, que ya lograba reunirse con el entonces gobernador Justo Páez Molina.
El 28 de diciembre “nos recibió Illia en Buenos Aires”. Canalda ya se había sumado a la iniciativa de la que no se despegaría hasta el día de hoy. Fue seis veces presidente y siete vicepresidente, este hombre que asistió al menos una noche en todas las ediciones del festival.

El segundo festival, que sí se bautizó como de Doma y Folclore y duró diez noches, y la tercera edición también tienen su lugar destacado en el libro. En la segunda edición festivalera ya se contaba con el anfiteatro, una obra que tuvo un costo de 12.000.000 de pesos de entonces, y que “fue bendecido por monseñor (Enrique) Angelelli”.
Más que el festival. “Después de hablar de los festivales cuento la historia que cambió un pueblo”, señala el autor. La descripción del libro invita a leerlo, los pasajes que motiva a descubrir son profundos y variados. Desde la historia de la ciudad, con giros hacia el siglo XIX, a pinturas de momentos políticos y sociales, como así también referencias a la arquitectura que hizo de Jesús María el sitio que hoy visitan miles de turistas cada enero.
Canalda se explaya bastante sobre diversas figuras políticas. Pone un acento importante sobre Domingo Faustino Sarmiento y su vínculo con la ciudad. Desde esos años Canalda traza un viaje hasta la visita del entonces presidente Néstor Kirchner al festival de 2004. Otra máxima autoridad nacional junto a la que Canalda pudo estar gracias a esta fiesta popular, tal como le había ocurrido cuatro décadas antes con Illia.
Al hombre se le ilumina el rostro cuando habla del festival, aunque hayan pasado los años y cambiado tantos aspectos de la esencia original que supo darle ese pequeño grupo vecinal. “El festival de hoy es muy lindo, a mí me gusta”, dice, mientras sonríe. Canalda cierra el libro para que otros lo abran.
Dónde comprar. El libro tiene un costo de 170 pesos y puede conseguirse en la oficina de Turismo ubicada en el estadio del festival.
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